jueves, 10 de enero de 2013

Nuestra Elevada Vocación.Elena G. de White

Un llamamiento a toda la juventud


Porque tú, oh Señor Jehová, eres mi esperanza: seguridad mía desde mi juventud. Salmos 71:5.


Jesús le dice a cada persona errante: “Dame, hijo mío, tu corazón”. Proverbios 23:26. ... Los jóvenes no pueden ser felices sin el amor de Jesús. El está esperando, con piadosa ternura, escuchar las confesiones de los que yerran, y aceptar su arrepentimiento. El espera recibir de nosotros alguna muestra de gratitud, así como la madre espera la sonrisa de reconocimiento de su hijo amado. El gran Dios nos enseña a llamarlo Padre. El quiere que nosotros comprendamos cuán anhelosa y tiernamente su corazón suspira por nosotros en todas nuestras dificultades y tentaciones. ...

El joven debiera crecer constantemente en gracia y en su conocimiento de la verdad. El Creador de todas las cosas, quien posee todos los tesoros de sabiduría, ha prometido ser el guía de su juventud. El que ha vencido para ellos a todos los poderes del mal, pide su homenaje. No puede haber otro conocimiento más elevado de Aquel que cuando se le conoce bien, proporciona vida y paz. No puede haber otro afecto más puro y más profundo que el amor de nuestro Salvador. ...


En todas partes hay tentaciones para entrampar los pies del incauto. Jóvenes impíos y corruptos ejercen una poderosa influencia, para conducir a otros por los caminos prohibidos. Estos se cuentan entre los agentes más exitosos de Satanás. ... Los amadores del mundo con frecuencia se aproximarán vestidos de un traje de amistad, e intentarán introducir sus costumbres y prácticas. Que cada verdadero soldado esté listo para resistir estos engaños. ... {NEV 16.4}


Satanás nos tienta en nuestros puntos débiles, pero no necesitamos ser vencidos. El asalto puede ser duro y prolongado, pero Dios nos ha prometido ayuda, y mediante su fortaleza podemos vencer. ... Los preceptos y las promesas de la Palabra de Dios nos dotarán de poder divino para resistir al enemigo. ... Satanás será frustrado y derrotado cuando encuentre que el corazón está preocupado por las verdades de Dios. También necesitamos encontrarnos a menudo junto al trono de gracia. La oración ferviente y perseverante que une nuestra debilidad humana a la Omnipotencia nos dará la victoria.—The Signs of the Times, 19 de enero de 1882.

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