viernes, 28 de junio de 2013

La Ultima Gran Lucha

Fui movida por el Espíritu de Dios a escribir ese libro (El conflicto de los siglos)... Sabía que el tiempo era corto, y que las escenas que pronto han de agolparse sobre nosotros por fin sucederán en forma repentina y rápida, como se presentan en las palabras de la Escritura. "El día del Señor vendrá así como ladrón en la noche" (1 Tes. 5:2).

El Señor ha puesto delante de mí asuntos que son de urgente importancia para el tiempo presente, y que se extienden hasta el futuro... Se me aseguró que no había tiempo que perder. Los llamados y amonestaciones deben darse. Nuestras iglesias deben ser despertadas, deben ser instruidas, para que den la amonestación a todos aquellos a quienes les sea posible alcanzar. Deben declarar que viene la espada, que la ira del Señor no será postergada sobre el mundo libertino. Se me mostró que muchos escucharían la amonestación. Sus mentes estarían preparadas para discernir precisamente las cosas que se les señalen.

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