viernes, 28 de noviembre de 2014

Hoy se necesita una dotación especial de gracia y poder


Inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. 2 Tesalonicenses 2:9, 10.
El gran conflicto entre el bien y el mal aumentará en intensidad hasta la consumación de los tiempos. En todas las edades la ira de Satanás se ha manifestado contra la iglesia de Cristo; y Dios ha derramado su gracia y su Espíritu sobre su pueblo para robustecerlo contra el poder del maligno. Cuando los apóstoles estaban por llevar el evangelio por el mundo entero y consignarlo por escrito para provecho de todos los siglos venideros, fueron dotados especialmente con la luz del Espíritu.
Pero a medida que la iglesia se vaya acercando a su liberación final, Satanás obrará con mayor poder. Descenderá “con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo”. Apocalipsis 12:12... Por espacio de seis mil años esa inteligencia maestra, después de haber sido la más alta entre los ángeles de Dios, no ha servido más que para el engaño y la ruina. Y en el conflicto final se emplearán contra el pueblo de Dios todos los recursos de la habilidad y sutileza satánicas, y toda la crueldad desarrollada en esas luchas seculares.
Durante este tiempo de peligro los discípulos de Cristo tienen que dar al mundo la amonestación del segundo advenimiento del Señor; y un pueblo ha de ser preparado “sin mancha e irreprensibles”. 2 Pedro 3:14. Entonces el derramamiento especial de la gracia y el poder divinos no será menos necesario a la iglesia que en los días apostólicos...
Los esfuerzos de Satanás por desfigurar el carácter de Dios, para dar a los hombres y a las mujeres un concepto falso del Creador y hacer que lo consideren con temor y odio más bien que con amor; sus esfuerzos para suprimir la ley de Dios, y hacer creer al pueblo que no está sujeto a las exigencias de ella; sus persecuciones dirigidas contra los que se atreven a resistir los engaños, han seguido con rigor implacable. Se pueden ver en la historia de los patriarcas, de los profetas y apóstoles, de los mártires y reformadores.—el Conflicto de los Siglos, 12, 13.

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