miércoles, 10 de diciembre de 2014

“Las Ciudades”

Los constructores de la ciudad original.

Al recibir la maldición de Dios, Caín se había retirado de la familia de sus padres.  Había escogido primeramente el oficio de labrador, y luego fundó una ciudad, a la cual dio el nombre de su hijo mayor [Gén. 4:17].  Se había retirado de la presencia del Señor, desechando la promesa del Edén restaurado, para buscar riquezas y placer en la tierra maldita por el pecado, y así se había destacado como caudillo de la gran multitud que adora al dios de este mundo.-PP 67 (1890).
Durante algún tiempo, los descendientes de Noé continuaron habitando en las montañas donde el arca se había detenido.  A medida que se multiplicaron, la apostasía no tardó en causar división entre ellos.  Los que deseaban olvidar a su Creador y desechar las restricciones de su ley, tenían por constante molestia las enseñanzas y el ejemplo de sus piadosos compañeros; y después de un tiempo decidieron separarse de los que adoraban a Dios.  Para lograr su fin, emigraron a la llanura de Sinar, que estaba a orillas del río Eufrates…
Decidieron construir allí una ciudad, y en ella una torre de tan estupenda altura que fuera la maravilla del mundo [Gén. 11: 2-4] .-PP 111-112 (1890).
Las ciudades son semilleros de vicio

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