miércoles, 21 de enero de 2015

La vida perdurable

Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el mar, recoge de toda clase de peces. Mateo 13:47.
Tenemos abundantes evidencias de que en la iglesia de Dios la maleza crece junto con el trigo. Hay cristianos sinceros en la iglesia y también los hay tibios. Estos últimos tienen oportunidad de conocer la verdad; la Palabra de Dios les es presentada; concurren al banquete como Judas asistió a la Pascua pero, como Judas, no asimilan la Palabra de vida. Nadie puede obligarlos a ingerir la Palabra de vida eterna a fin de que realicen una obra cabal de arrepentimiento para que puedan tener una experiencia cristiana genuina y lleguen a estar enraizados y afirmados en la verdad...
No debemos sentirnos abrumados por el desánimo debido a que lo bueno y lo malo se hallan juntos en la iglesia. Judas se contaba entre los discípulos. Tuvo todas las ventajas posibles pero, aunque escuchó la verdad y los principios tan claramente explicados, Cristo sabía que no había recibido la verdad. No ingirió la verdad. Esta no llegó a formar parte de él. Sus viejos hábitos y prácticas se manifestaban constantemente. No obstante Cristo no tomó medidas de fuerza para apartar a Judas de los discípulos...
Todos los que brindan un servicio verdadero a Dios confrontarán perplejidades. Pero no piensen en el fracaso. No hablen de desánimo. Estemos todos unidos haciendo la voluntad de nuestro Padre celestial... Si somos cristianos no podemos seguir el sistema del mundo. “Escrito está” debe ser nuestro consejero constante. Que no sean hombres impíos los que nos guíen. Lo que los hombres piensen o digan nunca debiera inducir a un alma a apartarse del sendero de la estricta rectitud. Debemos ir a la Fuente y meditar cuidadosamente en los grandes principios morales contenidos en la ley de Jehová...
Los hombres se conducen como si se les hubiera dado libertad para anular las decisiones de Dios. Los críticos se colocan en el lugar de Dios y repasan su Palabra a fin de modificarla o aprobarla. De esta manera, todas las naciones se ven inducidas a beber del vino de la fornicación de Babilonia. Estos críticos han preparado las cosas como para que se ajusten a las herejías peculiares de los últimos días. Si no pueden cambiar la Palabra de Dios, si no pueden torcer su significado para que se ajuste a las prácticas humanas, la quebrantan...
Todos los hacedores de la Palabra de Dios serán bendecidos abundantemente. Cualesquiera sean las cruces que deban cargar, las pérdidas que puedan tener o la persecución que deban afrontar, aun cuando ésta significara la pérdida de la vida temporal, serán ampliamente recompensados, porque se les asegura la vida que se mide con la vida de Dios. Al perder sus

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