jueves, 5 de marzo de 2015

Una Invitación a Vivir en el Campo




ESTA MADRUGADA no pude dormir después de las dos. Durante la visión de la noche me veía a mí misma en una junta. Rogaba a varias familias que aceptasen las instrucciones establecidas por Dios y saliesen de las ciudades para salvar a sus hijos. Algunas de ellas dejaban pasar el tiempo sin tomar una determinación.

Los ángeles de la misericordia apresuraron a Lot, a su esposa y sus hijas tomándolos de las manos. Si Lot se hubiera apresurado tal como el Señor lo deseaba, su esposa no se habría convertido en una estatua de sal. Lot adolecía de un marcado espíritu de dilación. No seamos como él era. La misma voz que amonestó a Lot a que saliese de Sodoma, nos ruega: "Salid de en medio de ellos, y apartaos . . . Y no toquéis lo inmundo" (2 Cor. 6: 17). Aquellos que obedezcan esta amonestación encontrarán un refugio. Que cada hombre esté bien despierto y procure salvar a su familia. Que se ciña para realizar el trabajo. Dios revelará punto por punto qué debe hacer después.

Oíd la voz de Dios hablar por medio del apóstol Pablo: "Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad" (Fil. 2: 12, 13). Lot recorrió 407 la llanura de mala gana y con lentitud. Se había asociado durante tanto tiempo con la gente impía, que no logró comprender el peligro que corría hasta que su esposa quedó en la llanura convertida en una estatua de sal (The Review and Herald, 11 de diciembre de 1900).

Los niños no deben estar expuestos por más tiempo a las tentaciones de las ciudades que están maduras para su destrucción. El Señor nos ha amonestado y aconsejado para que saliésemos de las ciudades. Por eso no debemos hacer más inversiones en ellas. Padres y madres, ¿cómo consideráis las almas de vuestros hijos? ¿Estáis preparando a los miembros de vuestras familias para ser trasladados a las cortes celestiales? ¿Los estáis preparando para que sean miembros de la familia real e hijos del Rey celestial? "Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?''" (Mar. 8: 36). ¿Qué importancia tienen el ocio, la comodidad y la conveniencia, comparados con el valor de las almas de vuestros hijos? (Manuscrito 76, 1905).

REFUGIO PROPORCIONADO POR EL CAMPO

Los padres deben comprender que la educación de sus hijos constituye una obra importante en la salvación de las almas. El campo ofrece oportunidad para una abundante ejercitación en la práctica de hacer lo que debe ser hecho y que proporcionará salud física mediante el desarrollo de los nervios y los músculos. "Fuera de las ciudades", es mi mensaje para la educación de nuestros hijos.

Dios proporcionó a nuestros primeros padres los medios para llevar a cabo una verdadera educación cuando los instruyó para que labrasen la tierra y cuidasen el huerto que constituía su hogar. Después de la entrada del pecado, debido a la desobediencia de los requerimientos del Señor, se acrecentó enormemente el trabajo de cultivar la tierra, porque ésta, a causa de la maldición, produjo espinas y cardos. Pero el trabajo en sí mismo no se dio a causa del 408 pecado. El gran Maestro mismo bendijo el trabajo de cultivar la tierra.

Satanás tiene el propósito de atraer a las ciudades a los hombres y las mujeres, y con el fin de lograrlo inventa toda clase de novedades y diversiones, y toda clase de recursos que resultan excitantes. Y las ciudades del mundo están llegando a ser hoy como las ciudades que existían antes del diluvio. . .

¿Quién será amonestado? Volvemos a decir: "Fuera de las ciudades". No consideréis que es una gran privación el tener que trasladaros a los cerros y las montañas, sino buscad un retiro donde podáis estar solos con Dios, para aprender su voluntad y sus caminos. . .

Insto a nuestro pueblo a que convierta la búsqueda de la espiritualidad en la obra de su vida. Cristo está a la puerta. Por esto digo a nuestro pueblo: "No consideréis que es una privación el ser llamados a dejar las ciudades para trasladaros al campo. Allí esperan abundantes bendiciones para los que deseen aprehenderlas. Al contemplar las escenas de la naturaleza, las obras del Creador, y al estudiar la obra de la mano de Dios, seréis transformados imperceptiblemente a la misma imagen" (Manuscrito 85, 1908).

NO ESPEREIS QUE UN MILAGRO DESHAGA LOS RESULTADOS DE UNA CONDUCTA IMPROPIA

Cada vez que veo estas flores pienso en el Edén. Constituyen una expresión del amor de Dios hacia nosotros. Así es como él nos proporciona en este mundo un goce anticipado del Edén. Quiere que nos deleitemos en las cosas hermosas de su creación, y que veamos en ellas una expresión de lo que él hará por nosotros.

Desea que vivamos con amplitud de espacio. Su pueblo no debe aglomerarse en las ciudades. El quiere que sus hijos lleven a sus familias fuera de las ciudades a fin de prepararlas 409 mejor para la vida eterna. En un poco de tiempo más tendrán que abandonarlas.

Estas ciudades están llenas de toda clase de impiedad: huelgas, asesinatos y suicidios. Satanás está en ellas y domina a los hombres en su obra destructiva. Bajo su influencia matan por el placer de matar, y harán esto cada vez más. . .

Si nos colocamos bajo influencias objetables, ¿podemos esperar que Dios realice un milagro para deshacer los resultados de una conducta impropia? Por cierto que no. Salid de las ciudades tan pronto como sea posible, y adquirid una porción de tierra donde podáis tener un huerto, donde vuestros hijos puedan ver crecer las flores y aprender de ellas lecciones de sencillez y pureza (General Conference Bulletin [Boletín de la Asociación General], 30 de marzo de 1903).

LAS INSTITUCIONES DEBEN UBICARSE EN UNA ZONA RURAL

Todavía se da esta instrucción: "Salid de las ciudades. Estableced vuestros sanatorios, escuelas y oficinas lejos de los centros de población". Ahora hay muchos que prefieren quedar en las ciudades, pero dentro de poco llegará el tiempo cuando todos los que deseen evitar ver y oír el mal se trasladarán al campo, porque la maldad y la corrupción aumentarán a tal grado que la atmósfera misma de las ciudades parecerá estar contaminada (Carta 26, 1907).

Dios ha advertido una vez tras otra que nuestras escuelas, casas editoras y sanatorios deben establecerse fuera de la ciudad, donde pueda enseñarse a los jóvenes con la mayor eficacia posible qué es la verdad. Que nadie procure utilizar los Testimonios para respaldar el establecimiento de grandes intereses comerciales en las ciudades. No invalidéis la luz que ha sido dada acerca de este asunto.

Se presentarán hombres que hablarán cosas perversas para contrarrestar las acciones que el Señor está induciendo 410 a sus siervos a realizar. Pero ya es tiempo de que los hombres y las mujeres razonen partiendo de las causas para llegar a los efectos. Es demasiado tarde, sí, demasiado tarde para establecer grandes firmas comerciales en las ciudades; es demasiado tarde para llamar a hombres y mujeres jóvenes del campo para que vayan a las ciudades. En las ciudades están surgiendo condiciones que harán muy difícil que los que pertenecen a nuestra fe permanezcan en ellas. Por lo tanto será un gran error invertir dinero en establecimientos comerciales en las ciudades (Manuscrito 76, 1905).

HAY QUE TRABAJAR EN FAVOR DE LAS CIUDADES DESDE PUESTOS DE AVANZADA

Hasta donde sea posible, nuestras instituciones deberían estar situadas lejos de las ciudades. Debemos tener obreros para esas instituciones, y si éstas están ubicadas en las ciudades, eso significa que las familias de nuestro pueblo deben establecerse en ellas. Pero no es la voluntad de Dios que las familias de su pueblo se establezcan en las ciudades, donde hay perturbaciones y confusión constantes. Hay que evitar esto para sus hijos, porque todo el sistema está corrompido por el apresuramiento, la prisa y el ruido. El Señor quiere que las familias de su pueblo se trasladen al campo donde puedan poner su casa en la tierra, y cultivar sus propios frutales y verduras, y donde sus hijos puedan estar en contacto directo con las obras de Dios manifestadas en la naturaleza. Llevad a vuestras familias lejos de las ciudades, es mi mensaje.

Hay que hablar la verdad, ya sea que los hombres la escuchen o no. Las ciudades están llenas de tentaciones. Deberíamos planear nuestra obra de tal manera que podamos mantener a nuestros jóvenes tan lejos como sea posible de esa contaminación.

Hay que trabajar en favor de las ciudades desde puestos 411 de avanzada. El mensajero de Dios dijo: "¿No serán amonestadas las ciudades? Sí; pero no por el pueblo de Dios que viva en ellas, sino mediante sus visitas realizadas para advertirlas de lo que acontecerá sobre la tierra" (Carta 182, 1902).

IGLESIAS, PERO NO INSTITUCIONES EN LAS CIUDADES

El Señor nos ha indicado repetidamente que debemos trabajar en las ciudades desde puestos de avanzada ubicados fuera de ellas. En esas ciudades debemos tener casas de culto, como monumentos de Dios, pero las instituciones destinadas a la publicación de la verdad, a la curación de los enfermos y a la preparación de los obreros deben establecerse fuera de las ciudades. Es especialmente importante que nuestra juventud sea protegida de las tentaciones de la vida en la ciudad.

En armonía con estas instrucciones se han comprado y se han vuelto a dedicar salones de reuniones en Wáshington y en Nashville, mientras las casas editoras y los sanatorios se han establecido fuera de los centros congestionados de las ciudades, como puestos de avanzada. Este es el plan que se ha seguido al trasladar al campo otras casas editoras y sanatorios, y este mismo procedimiento se está siguiendo en Inglaterra en lo que concierne a la casa editora de Londres y también al colegio que hay allí. Ahora se nos proporciona la oportunidad de aprovechar las providencias de Dios al ayudar a nuestros hermanos en éstos y en muchos otros centros importantes a establecer la obra sobre una base firme, a fin de que avance sólidamente (Special Testimonies [Testimonios especiales], serie B, N° 8, págs. 7, 8; 1907).

Debemos ser prudentes como serpientes y sencillos como palomas en nuestros esfuerzos por adquirir propiedades a bajo precio en el campo, y desde esos puestos de avanzada debemos trabajar las ciudades (Id., N° 14, pág. 7; 1902).

PREPARACION PARA LA CRISIS DE LAS LEYES DOMINICALES

No debemos ubicarnos donde seremos forzados a estar en contacto estrecho con quienes no honran a Dios. . . Pronto surgirá una crisis con respecto a la observancia del domingo. . .

El partido del domingo se está fortaleciendo en sus pretensiones falsas, y esto significará opresión para los que decidan guardar el sábado del Señor. Debemos ubicarnos en un lugar donde podamos cumplir plenamente con el mandamiento del sábado. El Señor declara: "Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna" (Exo. 20: 9, 10). Y debemos tener cuidado de no colocarnos en un lugar donde será difícil para nosotros y nuestros hijos observar el sábado.

Si en la providencia de Dios podemos conseguir lugares lejos de las ciudades, el Señor quiere que lo hagamos. Nos esperan tiempos difíciles (Manuscrito 99, 1908).

Cuando el poder con el que se inviste a los reyes es aliado de lo bueno, ello se debe a que el que lleva la responsabilidad está bajo la influencia divina. Cuando el poder está aliado con la maldad, está ligado con los instrumentos satánicos, y obrará para destruir a los que son propiedad del Señor. El mundo protestante ha establecido un día de reposo idolátrico en el lugar donde debería estar el sábado de Dios, y va en pos de las pisadas del papado. Por esta razón veo la necesidad de que las familias del pueblo de Dios se trasladen fuera de las ciudades, a lugares apartados del campo, donde puedan cultivar la tierra y cosechar los productos que ellas mismas siembren. De este modo podrán criar a sus hijos con hábitos sencillos y saludables. Veo la necesidad de apresurarse a fin de tener todas las cosas dispuestas para la crisis (Carta 90, 1897

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