viernes, 31 de agosto de 2018

Cómo conocer a un falso Cristo.




Necesitamos estar anclados en Cristo, arraigados y edificados en la fe. Satanás obra mediante sus agentes. Escoge a los que no han estado bebiendo de las aguas vivas, cuyas almas están sedientas de algo nuevo y extraño, y que siempre están dispuestos a beber de cualquier fuente que se presente. Se oirán voces que dirán: "He aquí, el Cristo", o "Allá está"; pero no debemos creer en ellas. Tenemos la evidencia inconfundible de la voz del Pastor verdadero, y él nos llama a que lo sigamos. Dice "He guardado los mandamientos de mi Padre". Dirige a sus ovejas por la senda de la humilde obediencia a la ley de Dios, pero nunca las anima a transgredir esa ley.

"La voz de los extraños" es la voz de los que no respetan ni obedecen la ley de Dios: santa, justa y buena. Muchos hacen gran alarde de santidad, y se jactan de las maravillas que realizan curando a los enfermos sin obedecer esta gran norma de justicia. Pero, ¿mediante cuál poder se llevan a cabo esas curaciones? ¿Están abiertos los ojos de los sanadores y de los sanados a sus transgresiones a la ley de Dios? Como hijos humildes y obedientes ¿han decidido estar listos a obedecer todos los requerimientos de Dios? Juan testifica de los que dicen ser hijos de Dios: "El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él".
Nadie debe engañarse. La ley de Dios es tan sagrada como su trono, y por ella será juzgado cada hombre que viene a este mundo. No hay otra norma por la cual se pruebe el carácter. "Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido". Ahora bien, ¿se decidirá el caso de acuerdo con la Palabra de Dios, o se confiará en las pretensiones humanas? Cristo dice: "Por sus frutos los conoceréis". Si aquellos por medio de los cuales se hacen curaciones están dispuestos, a causa de dichas manifestaciones [maravillas], a excusar su descuido de la ley de Dios y continúan en la desobediencia, aunque tengan poder, y éste sea muy amplio, esto no significa que tienen el poder de Dios. Al contrario, es el poder milagroso del gran engañador. El es transgresor de la ley moral, y usa toda artimaña que pueda dominar para que los hombres no reconozcan su verdadero carácter. Se nos advierte que en los últimos días obrará mediante señales y prodigios mentirosos. Y continuará con estos prodigios hasta la terminación del tiempo de gracia para desplegarlos como una evidencia de que es un ángel de luz y no de tinieblas.

Hermanos, debemos estar alerta contra la falsa santidad que permite transgredir la ley de Dios. Los que pisotean esa ley no pueden ser santificados, y se juzgan a sí mismos con una norma de su propia invención (RH 17-11-1885).

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