La Iglesia católica se suma al impulso económico aperturista en Cuba. Ha abierto dos talleres de capacitación para futuros microempresarios, donde se imparten cursos dirigidos a todas aquellas personas que deseen abrir un negocio.
Al calor de las reformas económicas iniciadas por el Gobierno de Raúl Castro, ha sido creada una especie de incubadora de pequeñas empresas, aunque solo comprende la formación y el asesoramiento y no ofrece el capital inicial. Un curso de un mes de duración está gestionado por el propio Arzobispado de La Habana. Otro taller, que contempla dar clases durante tres meses, está bajo auspicios de la Compañía de Jesús, a la que pertenecía antes de su elección el actual papa Francisco.
También los jesuitas han abierto en La Habana una diplomatura ligada a la Universidad de La Salle de México. Para matricularse allí, se debe presentar un examen, mientras que los estudios duran dos años. Pero el objetivo es el mismo: ofrecer a los futuros empresarios unos conocimientos básicos para adaptar cada proyecto a las realidades del país isleño.
"Tenemos medios para acompañar a nuestro pueblo en esta nueva iniciativa de los emprendedores y microempresa", dice el fraile Jorge Willian Hernández Díaz. "Ya se van viendo las microempresas que van creciendo con gran desarrollo en todo lo que marcan acá, en la ciudad de La Habana".
A los alumnos se les explica la necesidad de superar el miedo ante el fracaso, hacer el mercadeo, mantener la contabilidad y calcular los tributos. Al final del curso los estudiantes deben entregar al fraile su plan de negocio con una estimación del 70% de cumplimiento.
También los jesuitas han abierto en La Habana una diplomatura ligada a la Universidad de La Salle de México. Para matricularse allí, se debe presentar un examen, mientras que los estudios duran dos años. Pero el objetivo es el mismo: ofrecer a los futuros empresarios unos conocimientos básicos para adaptar cada proyecto a las realidades del país isleño.
"Tenemos medios para acompañar a nuestro pueblo en esta nueva iniciativa de los emprendedores y microempresa", dice el fraile Jorge Willian Hernández Díaz. "Ya se van viendo las microempresas que van creciendo con gran desarrollo en todo lo que marcan acá, en la ciudad de La Habana".
A los alumnos se les explica la necesidad de superar el miedo ante el fracaso, hacer el mercadeo, mantener la contabilidad y calcular los tributos. Al final del curso los estudiantes deben entregar al fraile su plan de negocio con una estimación del 70% de cumplimiento.
Texto completo en: http://actualidad.rt.com/sociedad/view/108961-iglesia-cuba-clases-negocios-reformas