
La
primera exhortación apostólica del Papa León XIV, «Dilexi Te»,
publicada el 4 de octubre de 2025, es un llamado a aliviar la pobreza y
promover la solidaridad humana. Sin embargo, tras sus llamados a la
labor humanitaria se esconde una visión más profunda y transformadora:
una que busca unir al mundo bajo un único orden político, religioso y
moral capaz de implementar reformas sociales de inspiración cristiana a
escala global.
En
Dilexi Te, el Papa León XVI hace un llamado reiterado a “una comunidad
de todos y para todos”, un “país más unido, un mundo más fraterno” y la
cooperación con instituciones como las Naciones Unidas. Su énfasis en la
“solidaridad” y la “fraternidad universal” insta a gobiernos,
movimientos populares y organizaciones internacionales a colaborar con
la Iglesia en la transformación de los sistemas sociales y económicos
mundiales. De este modo, el documento eleva al Vaticano a la categoría
de líder moral y espiritual mundial, posicionándolo como la base
espiritual de una nueva forma de gobernanza global: la fusión de la
Iglesia y el Estado, tal como se describe en la profecía bíblica.
Varias
secciones de Dilexi Te llaman explícitamente a la colaboración entre
pueblos, instituciones y naciones hacia una renovación moral mundial.
• Párrafo 10: “ Es de celebrar que las Naciones Unidas hayan incluido la erradicación de la pobreza como uno de sus Objetivos del Milenio ”. [1]
Esta
declaración vincula abiertamente la misión del Vaticano con los
objetivos de la ONU, mostrando una cooperación directa entre la Iglesia y
los organismos internacionales. Esto refleja el deseo del papado de
crear una gobernanza global para impulsar sus agendas religiosas y
sociales.
• Párrafos 80-81: “ Ha habido y sigue habiendo diversos movimientos populares formados por laicos y liderados por líderes populares … que caminan como una comunidad estrechamente unida de todos y para todos
… La solidaridad también significa luchar contra las causas
estructurales de la pobreza y la desigualdad… Significa enfrentar los
efectos destructivos del imperio del dinero… La solidaridad, entendida
en su sentido más profundo, es una manera de hacer historia”. [1]
FUENTE