El diezmo es sagrado, reservado por Dios para él mismo. Debe traérselo a su tesorería a fin de ser usado para sostener a los obreros evangélicos en su trabajo [...]. Leed cuidadosamente el capítulo 3 de Malaquías y ved lo que Dios dice sobre el diezmo.—Testimonies for the Church 9:249 (1909).
El Nuevo Testamento no promulga de nuevo la ley del diezmo, como tampoco la del sábado, porque la validez de ambas se da por establecida y su profundo significado espiritual se considera explicado.—Consejos sobre Mayordomía Cristiana, 70 (1882). El Señor llama hoy a los adventistas del séptimo día, en todo lugar, para que se consagren enteramente a él, haciendo todo lo que esté a su alcance para su obra, según las circunstancias en que se encuentren. El desea verles mostrar, por medio de dones y ofrendas generosas, cuánto aprecian sus bendiciones y cuánta gratitud sienten por su misericordia.—Joyas de los Testimonios 3:350-351 (1909). Una caridad moribunda es un pobre sustituto para una benevolencia viviente.—Testimonies for the Church 5:155 (1882). Las necesidades de la causa aumentarán continuamente a medida que nos acerquemos al fin del tiempo.—Testimonies for the Church 5:156 (1882). Se nos ha puesto a prueba en este mundo a fin de determinar nuestra aptitud para la vida futura. No podrá entrar en el cielo ninguna persona cuyo carácter haya sido contaminado por la fea mancha del egoísmo. Por lo tanto, Dios nos prueba aquí entregándonos posesiones temporales a fin de que el uso que hagamos de ellas demuestre si se nos pueden confiar las riquezas eternas.—Consejos sobre Mayordomía Cristiana, 24 (1893).
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