“Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad; Temed delante de él, toda la tierra.” Salmo 96:9.
A medida que las prácticas de culto de estilo pentecostal reemplazan por completo la atmósfera sagrada y reverente que tradicionalmente se asocia con el culto adventista, la situación en muchas iglesias adventistas se ha vuelto profundamente preocupante. El alboroto del ruido, los gritos y la teatralidad cargada de emoción han reemplazado el culto solemne, reverente e inspirado por el Espíritu Santo por un espectáculo que refleja los lugares de entretenimiento en lugar de las casas de devoción sagrada.
En el video, verá el servicio de adoración del sábado por la mañana en la Iglesia Adventista del Séptimo Día del Este de Nueva Orleans que se llevó a cabo el 16 de noviembre de 2024. [1] Esta partida es un cumplimiento de la siguiente advertencia:
“Antes de la visitación final de los juicios de Dios sobre la tierra habrá entre el pueblo del Señor un reavivamiento de piedad primitiva como no se ha presenciado desde los tiempos apostólicos . El Espíritu y el poder de Dios serán derramados sobre sus hijos. El enemigo de las almas desea obstaculizar esta obra; y antes de que llegue el tiempo para tal movimiento, se esforzará por impedirlo introduciendo una falsificación . En aquellas iglesias que pueda poner bajo su poder engañoso, hará parecer que se derrama la bendición especial de Dios; se manifestará lo que se piensa que es un gran interés religioso. Multitudes se regocijarán de que Dios esté trabajando maravillosamente por ellas, cuando la obra es la de otro espíritu. Bajo un disfraz religioso, Satanás procurará extender su influencia sobre el mundo cristiano” (El conflicto de los siglos, pág. 464).
Antes del derramamiento de la Lluvia Tardía, Satanás, con gran éxito, busca confundir, engañar y conducir a nuestro pueblo al error espiritual para que quedemos sin recibir la bendición de Dios. Esta estrategia socava nuestra conexión con Dios e impide que Su pueblo obtenga el poder que nos permitiría llevar el evangelio al mundo, como lo hicieron los discípulos durante la Lluvia Temprana.
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