En AmFest 2025, el vicepresidente J. D. Vance definió el cristianismo no solo como parte del patrimonio cultural estadounidense, sino como el credo que define a la nación. Ante más de 30.000 jóvenes conservadores en el evento organizado por Turning Point USA, Vance declaró que «el cristianismo es el credo de Estados Unidos», una afirmación que rara vez ha sido expresada de forma tan directa por un alto cargo del gobierno. Vance argumentó que lo que ha sostenido a la nación a lo largo de su historia es su fundamento cristiano. Sostuvo que Estados Unidos se ha arraigado en el cristianismo y, por la gracia de Dios, seguirá siéndolo.
Nuestros Padres Fundadores establecieron una Constitución, no un credo. Un credo es una declaración de creencias: una confesión formal que define las doctrinas que se deben aceptar para pertenecer a una comunidad religiosa. Ejemplos clásicos son el Credo de los Apóstoles y el Credo Niceno, que establecen afirmaciones teológicas específicas y trazan una línea clara entre la creencia y la incredulidad. En cambio, la Constitución de los Estados Unidos no es un credo en absoluto; es un sistema de leyes. Establece el gobierno, limita el ejercicio del poder y protege los derechos individuales sin exigir la creencia en ningún credo o doctrina religiosa. Las leyes regulan la conducta; los credos regulan la creencia, y los Fundadores mantuvieron intencionalmente separados estos dos ámbitos.
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