No ignoramos la caída de Sodoma
debido a la corrupción de sus habitantes. Aquí el profeta ha especificado los
males particulares que llevaron a la inmoralidad. Ahora vemos que existen en el
mundo los mismos pecados que hubo en Sodoma, y que trajo sobre ella la ira de
Dios, incluso su completa destrucción. - RH , julio de 1873; 4CBA 1183.
Amor y sexualidad en la experiencia
humana
Nota:
Elena de White vivió y trabajó en una época en la que se ejercía gran
restricción al hablar en público o escribir acerca del sexo y las relaciones
sexuales entre los esposos.
Ella se había casado con Jaime White el 30
de agosto de 1846, después de haber orado mucho y convencerse de que era el paso
correcto. Debiera notarse que hacía tiempo había comenzado su ministerio, pues
hacia veinte meses que había estado recibiendo visiones del Señor. Como
resultado de está unión con Jaime White dio a luz a cuatro hijos, nacidos en
1847, 1849, 1854 y 1860.
En la década de 1860 -la década de dos visiones
básicas sobre reforma pro salud (6 de junio de 1863 y 25 de diciembre de 1865)-
Elena G. de White comenzó a tratar asuntos relacionados con el sexo.
Declaraciones posteriores desarrollaron más el tema. Al referirse al acto sexual
en el matrimonio empleó expresiones tales como "el privilegio de la relación
matrimonial", "el privilegio de la relación familiar" y "los privilegios
sexuales".
Para obtener un concepto exacto y equilibrado de las
enseñanzas de Elena de White en esta área delicada, deberían tomarse las
declaraciones en conjunto. Debería observarse el equilibrio que se revela en
muchas de sus declaraciones. Debería tomarse nota cuidadosa del significado de
las palabras que utiliza.
A veces usa palabras tales como "pasión" y
"propensiones". Con frecuencia se las califica con palabras tales cómo
inferiores, animales, sensuales, depravadas, corruptas. Este lenguaje fuerte
podría conducir a algunos lectores a suponer que se condenan todas las pasiones
y que toda actividad sexual es mala. Las siguientes citas difícilmente apoyarían
esta idea:
Dios requiere que Ud. no sólo controle sus pensamientos sino
también sus pasiones y sus afectos... La pasión y el afecto son agentes
poderosos... Cuide positivamente sus pensamientos, sus pasiones y sus afectos.
No los degrade para atender a la sensualidad. Elévelos [las pasiones y los
afectos] a la pureza, dedíquelos a Dios. -2T 561, 564 (1870).
Todas las
propensiones animales deben sujetarse a las facultades superiores del alma. -HAd
112 (1888).
En el mismo contexto en que usa algunas de esas expresiones
fuertes, ella recomienda que las pasiones sean controladas por lo que llama
"facultades más elevadas y nobles", "la razón", "limitación moral" y "facultades
morales". Escribe acerca de temperancia, moderación y de evitar excesos. En el
matrimonio, esas pasiones comunes a todos los seres humanos deben estar sujetas
a control, y deben ser gobernadas. Nótese además:
Los que consideran la
relación matrimonial como una de las ordenanzas sagradas de Dios, protegida por
sus santos preceptos, serán controlados por los dictados de la razón. -HL, No.
2, pág. 48.
Muy pocos consideran que es un deber religioso gobernar sus
pasiones... El pacto matrimonial cubre pecados del más vil carácter...
Sacrifican la vida y la salud sobre el altar de las bajas pasiones. Someten las
facultades superiores y más nobles a las propensiones animales... El amor es un
principio puro y sagrado; pero la pasión concupiscente no admite restricción, no
quiere que la razón le dicte órdenes ni la controle. -1JT 264, 265 (1870).
Ella escribe que la relación matrimonial es una "institución sagrada"
que puede ser "pervertida". Menciona que "se abusa" de "los privilegios
sexuales". Además, no condena la pasión en sí sino la pasión "baja" y "sensual".
Y vale la pena observar que Elena de White describe la intimidad del matrimonio
como un "privilegio". Aunque hizo advertencias contra una conducta sexual
indecoroso en el matrimonio, escribió que había momentos en que los afectos
correctamente limitados podían ser "liberados". Otra declaración iluminadora es
digna de un examen cuidadoso:
Con respecto al matrimonio, yo diría: Lea
la Palabra de Dios. Aun en este tiempo, los últimos días de la historia del
mundo, se producen casamientos entre los adventistas del séptimo día... Como
pueblo, nunca hemos prohibido el casamiento, excepto en los casos en que había
razones obvias que indicaban que sería una miseria para ambas partes. Y aun
entonces, sólo hemos aconsejado y advertido. -Carta 60, 1900.
En una
ocasión, cuándo por causa de las demandas del trabajo de ambos los separaba
medio continente, en una carta a Jaime le hizo esta confidencia:
Sentimos cada día un deseo muy ferviente de una cercanía mayor a Dios.
Mi oración cuando me acuesto, cuando me despierto de noche, y cuando me levanto
de mañana, es: Más cerca, oh Dios, de ti, más cerca de ti, sí... Duermo sola.
Esta parece ser la preferencia de Mary y también la mía. Tengo más oportunidad
para reflexionar y orar. Aprecio el poder estar sola a no ser que tenga la
gracia de tu presencia. Quiero compartir mi cama sólo contigo. -Carta 6, 1876.
En ningún momento participó en enseñanzas que requerían un tipo de
relación platónica como de hermanos en el matrimonio ni las aprobó. Al tratar
con algunos que insistían en enseñanzas de este tipo, Elena de White aconsejó en
contra de esas ideas. Detenerse en ellas, escribió, abre el camino para que
Satanás obre "sobre la imaginación de modo que el resultado será la impureza",
en vez de la pureza. -Carta 103, 1894.
Para cada privilegio legítimo y
dado por Dios, Satanás sugiere una falsificación. Procura reemplazar los
pensamientos santos y puros con pensamientos impuros. Desea sustituir la
santidad del amor matrimonial con la permisividad, la infidelidad, los excesos y
la perversión; el sexo premarital, el adulterio, el animalismo dentro y fuera
del matrimonio, y la homosexualidad. A todas estas
cosas se refiere este capítulo. -Los compiladores.
(A) Lo positivo
(Palabras de privilegio y consejo)