En Kazajistán, el Congreso interreligioso de Nursultán ha aprobado un
documento final que insta a los líderes mundiales «a cesar la retórica
agresiva que alimenta los conflictos» y junto al papa Francisco declara
que las religiones deben rechazar las guerras. El Papa declaró que es
hora de erradicar el fundamentalismo y remover su influencia corruptora a
favor de la fraternidad ecuménica.
Unidad cristiana
«Es muy necesario dialogar sobre los desafíos del mundo y hacer una
declaración común para la paz y la justicia», declaraba el cardenal Kurt
Koch, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad
de los Cristianos.
«La clave para la paz en este mundo tan inestable es comprometerse,
hablar, permanecer unidos, intentar entenderse, conocerse personalmente y
eso es lo que puede unir a la gente», decía Aron Frenkel, Presidente
del Congreso Judío Euroasiático.
Papa Francisco habla
«Es
hora de darse cuenta de que el fundamentalismo profana y corrompe todo
credo; tiempo para corazones abiertos y compasivos. También es hora de
relegar a los libros de historia el tipo de discurso que durante
demasiado tiempo, aquí y en otros lugares, ha llevado a la desconfianza y
al desprecio por la religión, como si fuera una fuerza
desestabilizadora en la sociedad moderna ”.
En realidad, las
religiones no son un problema, sino parte de la solución para una
convivencia más armoniosa, dijo el Papa, quien recordó que necesitamos
la religión para responder a la sed de paz del mundo y a la sed de
infinito que habita en el corazón de todo hombre.
Lo que les espera a los hijos de Dios
Todo
se repite a través de la historia, y asi como fueron perseguidos los
cristianos primitivos por mantener la pureza del evangelio, así serán
perseguidos los hijos de Dios al final de la historia de la humanidad en
esta tierra.
En el Libro El Conflicto de los Siglos tomamos la siguiente cita:
¿Cómo pues, puede llamarse el evangelio un mensaje de paz? Cuando Isaías predijo el nacimiento del Mesías, le confirió el título de “Príncipe de Paz”.
Cuando los ángeles anunciaron a los pastores que Cristo había nacido,
cantaron sobre los valles de Belén: “Gloria en las alturas a Dios, y en
la tierra paz, buena voluntad para con los hombres”. Lucas 2:14. Hay contradicción aparente entre estas declaraciones proféticas y las palabras de Cristo: “No vine a traer paz, sino espada”. Mateo 10:34 (VM).
Pero si se las entiende correctamente, se nota armonía perfecta entre
ellas. El evangelio es un mensaje de paz. El cristianismo es un sistema
que, de ser recibido y practicado, derramaría paz, armonía y dicha por
toda la tierra. La religión de Cristo unirá en estrecha fraternidad a
todos los que acepten sus enseñanzas. La misión de Jesús consistió en
reconciliar a los hombres con Dios, y así a unos con otros; pero el
mundo en su mayoría se halla bajo el dominio de Satanás, el enemigo más
encarnizado de Cristo. El evangelio presenta a los hombres
principios de vida que contrastan por completo con sus hábitos y deseos,
y por esto se rebelan contra él. Aborrecen la pureza que pone
de manifiesto y condena sus pecados, y persiguen y dan muerte a quienes
los instan a reconocer sus sagrados y justos requerimientos. Por esto,
es decir, por los odios y disensiones que despiertan las verdades que
trae consigo, el evangelio se llama una espada. Fuente