martes, 14 de enero de 2025

¿Dudas de Dios? Descubre Cómo Confiar y Vivir


 Escrito por Elena G. de White en la voz de Pablo A. Valencia Trujillo 14 de Enero Mirad y Vivid Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del hombre sea levantado: para que todo aquel que en él creyere, no se pierda, sino que tenga vida eterna. Juan 3:14, 15

lunes, 13 de enero de 2025

Todavía se necesita un reavivamiento espiritual


Cierto mediodía estaba escribiendo sobre la obra que podría haberse hecho en el último congreso de la Asociación General [1901] si los hombres en cargos de confianza hubiesen seguido la voluntad y el camino de Dios. Aquellos que habían tenido gran luz no habían caminado en ella. La reunión terminó y no se había efectuado un cambio de actitud. Los hombres no se humillaron ante el Señor como deberían haberlo hecho, y el Espíritu Santo no fue impartido.

Había escrito hasta ese punto cuando perdí el conocimiento, y me pareció estar presenciando una escena en Battle Creek. Estábamos reunidos en el auditorio del Tabernáculo. Se ofreció una oración, se cantó un himno, y nuevamente se ofreció una oración. Se hizo ante Dios una muy ferviente súplica. La reunión se caracterizaba por la presencia del Espíritu Santo [...]. Nadie parecía demasiado orgulloso como para no hacer una confesión sincera, y los que tomaron la iniciativa en este proceder eran los que tenían influencia, pero que antes no habían tenido el valor de confesar sus pecados. Había un regocijo como nunca antes se había oído en el Tabernáculo. Entonces desperté de mi inconsciencia, y por un rato no pude darme cuenta dónde estaba. Mi pluma estaba aún en mi mano. Se me dijeron estas palabras: “Esto es lo que podría haber sido. El Señor estaba esperando para hacer todo esto en favor de su pueblo. Todo el cielo estaba esperando para manifestar su benevolencia”. Pensé en dónde podríamos haber estado si en el último congreso de la Asociación General se hubiera realizado una obra cabal.—Testimonies for the Church 8:104-106, 5 de enero de 1903. Me he sentido profundamente impresionada por las escenas que recientemente han pasado ante mí en horas de la noche. Parecía que un gran movimiento—un reavivamiento—se producía en muchos lugares. Nuestros hermanos estrechaban filas en respuesta al llamado de Dios.Testimonios para los Ministros, 515 (1913).

El juicio ha Comenzado los libros están siendo revisados ¿Cómo compareceremos? - Pr. Esteban Bohr

 


URGENTE TERREMOTO JAPÓN 7.0 ALERTA DE TSUNAMI VIENE LA ENERGÍA EN AUMENTO AQUÍ ESTÉN ALERTAS

 


ASÍ ES CÓMO EL ESPÍRITU DE DIOS SE DERRAMA EN TU VIDA AL ORAS, PASTOR ANDRÉS PORTES, A&R SERMONES


  *ASÍ ES CÓMO EL ESPÍRITU DE DIOS SE DERRAMA EN TU VIDA AL ORAR | PASTOR ANDRÉS PORTES | A&R SERMONES* En este poderoso mensaje, el Pastor Andrés Portes nos guía a través de la maravillosa experiencia de recibir el Espíritu de Dios en nuestra vida. Aprende cómo la oración ferviente, la fe y una conexión constante con Dios pueden transformar tu corazón y llenar tu alma con Su presencia divina. Descubre los secretos para fortalecer tu relación con Dios y experimentar un derramamiento del Espíritu Santo como nunca antes. Este sermón es una invitación a profundizar tu vida espiritual y vivir con propósito en Cristo. ¡No olvides suscribirte a *A&R Sermones* para más mensajes inspiradores!

Cristianos WOKE


 La cultura predominante en nuestros días esta formando una generación de cristianos débiles y ofendidizos. Cristo nos llama a seguir sus pisadas y a mirarlo a él para recibir de su fortaleza. Emmanuel Vallejos.

¡No Luches Solo! Descubre el Poder Divino que Está a Tu Lado


 Escrito por Elena G. de White en la voz de Pablo A. Valencia Trujillo 13 de Enero Ricas Corrientes de Gracia Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia; a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo que basta, abundéis para toda buena obra. 2 Corintios 9:8

domingo, 12 de enero de 2025

Una declaración de W. C. White

Una declaración de W. C. White

Le dije [a la Sra. Lida Scott] cómo mi madre consideraba la experiencia de la iglesia remanente, y en cuanto a su enseñanza positiva de que Dios no permitiría que esta denominación apostatase tan completamente que ocurriese el surgimiento de otra iglesia.—W. C. White a E. E. Andross, el 23 de mayo de 1915, Archivo de correspondencia de la Corporación White.

 

Escuela Sabática Viva 📖 Lección 3 | Para agradar a Dios [1°T 2025]

 


Escuela Sabática Viva es un programa semanal que analiza diferentes temáticas bíblicas; se propone estimular el estudio diario de la Palabra y un acercamiento personal a Jesús. Dios es amor, como lo afirma 1 Juan 4:8 y 16. La Biblia testifica este principio esencial en cada página. Desde el Génesis hasta el Apocalipsis, toda la historia registrada en las Escrituras muestra cómo Dios está trabajando para restaurar el amor y la armonía en todos los rincones del universo. Este trimestre profundizaremos en la relación entre el amor de Dios y su justicia, entendiendo cómo ambos aspectos reflejan Su carácter perfecto y misericordioso.

ES Rápidos y Sucesivos - Tema 7 | EN LÍNEA con Oliver Coronado


 

ES Lección 3 - PARA AGRADAR A DIOS - Notas y comentarios Elena G. White | Escuela sabática 2025

 


Dios nos considera sus hijos. Nos ha redimido del mundo abandonado, y nos ha escogido para que lleguemos a ser miembros de la familia real, hijos e hijas del Rey del cielo. Nos invita a confiar en él con una confianza más profunda y más fuerte que aquella que un hijo deposita en un padre terrenal. Los padres aman a sus hijos, pero el amor de Dios es más grande, más amplio, más profundo de lo que al amor humano le es posible ser. Es inconmensurable (Palabras de vida del gran Maestro, pp. 141, 142).

Fuegos en CALIFORNIA (Los Angeles): Jucios Divinos o Provocados? Fin de los Tiempos

 


Son los fuegos en California resultados del juicio divino por las blasfemias en las grandes ciudades por los ricos y famosos o hay algún indicio de qué estos fuegos son provocados?. Sea cual sea el caso Cristo viene pronto y tenemos que estar listos. Mira este video para encontrar más detalles.

Pr. Bullón - Lección 3 - Para Agradar a Dios


 El propósito de este estudio es mostrar que aunque somos pecadores, indignos y que no merecemos nada, Dios se alegra con nuestra disposición de aceptar su amor y con nuestra humana intención de amarle.

La Bondad Infinita de Dios: ¿Estás Listo para Experimentarla?


 Escrito por Elena G. de White en la voz de Pablo A. Valencia Trujillo 11 de Enero Hijos del Rey Celestial Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, que seamos llamados hijos de Dios: por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoce a él. 1 Juan 3:1

sábado, 11 de enero de 2025

Se reafirma la confianza en la organización de la Iglesia Adventista


Ahora no podemos alejarnos del fundamento que Dios ha colocado. No podemos entrar en ninguna nueva organización, porque esto significaría apostatar de la verdad.—Mensajes Selectos 2:449 (1905).

Se me ha instruido que diga a los adventistas de todo el mundo que Dios nos ha llamado como un pueblo que ha de constituir un tesoro especial para él. El ha dispuesto que su iglesia en la tierra permanezca perfectamente unida en el Espíritu y el consejo del Señor de los ejércitos hasta el fin del tiempo.—Mensajes Selectos 2:458 (1908). A veces, cuando un pequeño grupo de hombres encargados del manejo general de la obra, procuró ejecutar en nombre de la Asociación General planes imprudentes y restringir la obra de Dios, he dicho que ya no podía considerar la voz de la Asociación General, representada por estos pocos hombres, como la voz de Dios. Pero esto no es decir que no deban respetarse las decisiones de un congreso de la Asociación General compuesto de una asamblea de hombres debidamente nombrados como representantes de todas partes del campo. Dios ordenó que tengan autoridad los representantes de su iglesia de todas partes de la tierra, cuando están reunidos en el congreso de la Asociación General. El error que algunos se hallan en el peligro de cometer estriba en dar a la mente y al juicio de un solo hombre o de un pequeño grupo de hombres, la plena medida de autoridad e influencia que Dios ha investido en su iglesia, en el juicio y la voz de la Asociación General congregada para planear la prosperidad y el progreso de su obra.—Joyas de los Testimonios 3:408-409 (1909). Dios ha investido a su iglesia con especial autoridad y poder, que nadie tiene derecho de desatender y despreciar; porque el que lo hace desprecia la voz de Dios.—Los Hechos de los Apóstoles, 133 (1911). Me siento animada y bendecida al comprender que el Dios de Israel sigue conduciendo a su pueblo y que continuará con él hasta el fin.Mensajes Selectos 2:470 (1913).

🔴CULTO DE ADORACIÓN | Iglesia Adventista del Séptimo Día, 11 ENERO del 2025, PR ANDRÉS PORTES


 Aplicación de Lección de -escuela Sabática YA PUEDES Adquirir EL LIBRO PARA COLOREAR CON LINDAS HISTORIAS de la biblia QUE PUEDES COLOREAR, ADQUIERELO AQUÍ DESEAS COLABORAR CON EL MINISTERIO DE A&R CANAL PUEDES HACERLO AQUÍ: #andresportes #Adventistas #Culto #arcanal

Lejos de las ciudades


Joyas de los Testimonios 3

Los que tienen algo que ver con la elección de un sitio para un sanatorio deben estudiar con oración el carácter y objeto de nuestra obra pro salud. Deben acordarse de que han de contribuir al restablecimiento de la imagen de Dios en el hombre. Deben dar, por un lado, los remedios que alivian los sufrimientos físicos, y por el otro, el Evangelio que alivia los sufrimientos del alma. Así serán verdaderos misioneros médicos. Deben implantar la verdad en muchos corazones. Ningún egoísmo, ninguna ambición personal debe admitirse en la elección de un sitio para nuestros sanatorios. Cristo vino a este mundo para enseñarnos a vivir y a trabajar. Aprendamos, pues, de él, a no elegir para nuestros sanatorios sitios que satisfagan nuestros gustos, sino los lugares que convengan mejor para nuestra obra. Se me ha mostrado que en nuestra obra médico misionera hemos perdido muchas ventajas por no comprender la necesidad de cambiar nuestros planes concernientes a la ubicación de nuestros sanatorios. Es la voluntad de Dios que estas instituciones se establezcan lejos de las ciudades. Debieran estar en el campo, y sus alrededores ser tan agradables como sea posible. En la naturaleza, huerto de Dios, los enfermos hallarán siempre algo que distraiga su atención de sí mismos y eleve sus pensamientos a Dios. Se me ha mostrado que los enfermos deben ser cuidados lejos del bullicio de las ciudades, lejos del ruido de los tranvías, y de los coches. Aun los habitantes del campo que vengan a nuestros sanatorios se congratularán de estar en un lugar donde reine la calma. En ese retiro, será más fácil que los pacientes sientan la influencia del Espíritu de Dios. El huerto de Edén, morada de nuestros primeros padres, era extremadamente hermoso. Graciosos arbustos y flores delicadas deleitaban los ojos a cada paso. En ese huerto, había árboles de toda especie, muchos de los cuales llevaban frutos perfumados y deliciosos. En sus ramas, las aves modulaban sus cantos de alabanza. Adán y Eva, en su pureza inmaculada, se regocijaban por lo que veían y oían en el Edén. Aun hoy, a pesar de que el pecado ensombreció la tierra, Dios desea que sus hijos se regocijen en la obra de sus manos. Colocar nuestros sanatorios en medio de las obras de la naturaleza es seguir el plan de Dios, y cuanto más minuciosamente sigamos dicho plan, tanto mayores milagros hará Dios para la curación de la humanidad doliente. Se deben elegir, para nuestras escuelas e instituciones médicas, lugares alejados de las obscuras nubes de pecado que cubren las grandes ciudades, lugares donde el Sol de justicia pueda nacer, trayendo “en sus alas ... salud.” Los hermanos dirigentes de nuestra obra deben dar instrucciones a fin de que nuestros sanatorios se establezcan en lugares agradables, lejos del bullicio de las ciudades, allí donde, gracias a sabias instrucciones, el pensamiento de los pacientes pueda ponerse en relación con el pensamiento de Dios. Muchas veces he descrito tales lugares, mas parecería que ningún oído haya prestado atención a lo que he dicho. Ultimamente, las ventajas que ofrecería el establecer nuestras instituciones, y particularmente nuestros sanatorios y escuelas, fuera de las ciudades, me han sido mostradas con claridad convincente. ¿Por qué tienen nuestros médicos tanto deseo de establecerse en las ciudades? Hasta la atmósfera de las ciudades está corrompida. En ellas, los enfermos que tienen hábitos depravados que vencer no pueden ser protegidos de un modo conveniente. Para las víctimas de la bebida, los bares de la ciudad constituyen una tentación continua. Colocar nuestros sanatorios en un ambiente impío, es contrarrestar los esfuerzos que se hagan para restablecer la salud de los pacientes. En el porvenir, la condición de las ciudades empeorará siempre más, y su influencia se reconocerá como desfavorable al cumplimiento de la obra encargada a nuestros sanatorios. Desde el punto de vista de la salud, el humo y el polvo de las ciudades son muy contraproducentes. Los enfermos que, en la mayoría de los casos, se ven encerrados entre cuatro paredes, se sienten como prisioneros en sus habitaciones. Cuando miran por la ventana, no ven más que casas y más casas. Los que están así encerrados en sus piezas propenden a meditar en sus sufrimientos y pesares. Hasta sucede a veces que ciertos enfermos quedan envenenados por su propia respiración. Muchos otros inconvenientes resultan también de establecer las instituciones médicas importantes en las ciudades grandes. ¿Por qué se habría de privar a los enfermos de las propiedades curativas que se hallan en la vida al aire libre? Se me ha mostrado que si a los enfermos se les estimula a salir de sus habitaciones y a pasar su tiempo al aire libre, a cultivar flores o a realizar algún trabajo fácil y agradable, su espíritu se desviará de su persona hacia objetos más favorables para su curación. El ejercicio al aire libre debiera prescribirse como una necesidad bienhechora y vivificadora. Cuanto más se pueda exponer al enfermo al aire vivificante, tanto menos cuidados necesitará. Cuanto más alegres sean los alrededores, tanto más henchido quedará de esperanza. Rodead a los enfermos de las cosas más hermosas de la naturaleza. Colocadlos donde puedan ver crecer las flores y oír el gorjeo de los pajaritos y su corazón cantará al unísono con los trinos de las aves. Encerradlos, por el contrario, en habitaciones, y se volverán tristes e irritables, por elegantemente amueblada que esté la pieza. Dadles los beneficios de la vida al aire libre. Elevarán su alma a Dios y obtendrán alivio corporal y espiritual. “¡Lejos de las ciudades!” Tal es mi mensaje. Hace mucho que nuestros médicos deberían haber advertido esa necesidad. Espero y creo que ahora verán su importancia, y ruego a Dios que así sea. Se acerca el tiempo cuando las grandes ciudades serán visitadas por los juicios de Dios. Antes de mucho, esas ciudades serán sacudidas con violencia. Cualesquiera que sean las dimensiones y la solidez de los edificios, cualesquiera que sean las precauciones tomadas contra el incendio, si el dedo de Dios toca esas casas, en algunos minutos o algunas horas quedarán reducidas a escombros. Las impías ciudades de nuestro mundo serán destruídas. Mediante las catástrofes que ocasionan actualmente la ruina de grandes edificios y de barrios enteros, Dios nos muestra lo que acontecerá en toda la tierra. Nos ha dicho: “De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama se enternece, y las hojas brotan, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando viereis todas estas cosas, sabed que [el Hijo del hombre] está cercano, a las puertas.” Mateo 24:32, 33.

*****

Durante años me ha sido dada luz especial acerca de nuestro deber de no centralizar nuestra obra en las ciudades. El ruido y bullicio que las llenan, las condiciones que en ellas crean los sindicatos y las huelgas, impedirán nuestra obra. Ciertos hombres tratan de lograr que los obreros de diferentes oficios se sindiquen. Tal no es el plan de Dios, sino el de una potencia que de ningún modo debemos reconocer. La Palabra de Dios se cumple: los malos parecen juntarse como haces preparados para ser quemados.

Debemos emplear ahora todas las capacidades que se nos han confiado para dar al mundo el último mensaje de misericordia. En esta obra debemos conservar nuestra individualidad. No debemos unirnos a sociedades secretas ni sindicatos. Debemos permanecer libres en Dios y esperar de Jesús las instrucciones que necesitamos. Todos nuestros movimientos deben realizarse comprendiendo la importancia de la obra que debemos hacer para Dios.

*****

Me ha sido mostrado que las ciudades se llenarán de confusión, violencia y crímenes; y que todas estas cosas aumentarán hasta el fin de la historia del mundo.

 

Rumbo a la patria


Mientras oigo noticias de las terribles calamidades que de semana en semana están ocurriendo, me pregunto: ¿Qué significan estas cosas? Los desastres más espantosos se están produciendo uno tras otro en rápida sucesión. ¡Con cuánta frecuencia oímos hablar de terremotos y tornados, de destrucción por incendio e inundación, con gran pérdida de vidas y propiedades! Aparentemente estas calamidades son estallidos caprichosos de fuerzas que se dirían desorganizadas y no reguladas, pero en ellas se puede leer el propósito de Dios. Son algunos de los medios por los cuales procura despertar a hombres y mujeres y hacerles sentir su peligro. La venida de Cristo está más cerca que cuando por primera vez creímos. Se acerca el fin de la gran controversia. Los juicios de Dios están en la tierra. Hablan en solemne amonestación diciendo: “También vosotros estad apercibidos; porque el Hijo del hombre ha de venir a la hora que no pensáis.” Mateo 24:44. Pero en nuestras iglesias son muchísimos los que saben muy poco del verdadero significado de la verdad para este tiempo. Les ruego que no desprecien el cumplimiento de las señales de los tiempos, que con tanta claridad indican que el fin se acerca. ¡Oh, cuántos de los que no han procurado la salvación de su alma se lamentarán pronto acerbamente: “Pasóse la siega, acabóse el verano, y nosotros no hemos sido salvos”! Jeremías 8:20. Estamos viviendo en medio de las escenas finales de la historia de esta tierra. Las profecías se están cumpliendo rápidamente. Están transcurriendo velozmente las horas del tiempo de gracia. No tenemos tiempo que perder, ni un momento. No seamos hallados durmiendo en la guardia. Nadie diga en su corazón o por sus obras: “Mi Señor se tarda en venir.” Resuene el mensaje del pronto regreso de Cristo en fervientes palabras de advertencia. Persuadamos a hombres y mujeres por doquiera a arrepentirse y huir de la ira venidera. Despertémoslos para que se preparen inmediatamente; porque muy poco sabemos de lo que nos espera. Salgan los ministros y los miembros laicos a los campos que maduran para decir a los despreocupados e indiferentes que busquen al Señor mientras puede ser hallado. Los obreros hallarán su mies dondequiera que proclamen las verdades olvidadas de la Biblia. Hallarán quienes aceptarán la verdad y dedicarán su vida a ganar almas para Cristo. El Señor va a venir pronto, y debemos estar preparados para recibirle en paz. Resolvamos hacer todo lo que está en nuestro poder para impartir luz a los que nós rodean. No debemos estar tristes, sino alegres, y recordar siempre al Señor Jesús. El va a venir pronto, y debemos estar listos y aguardar su aparición. ¡Oh, cuán glorioso será verle y recibir la bienvenida como sus redimidos! Largo tiempo hemos aguardado; pero nuestra esperanza no debe debilitarse. Si tan sólo podemos ver al Rey en su hermosura, seremos bienaventurados para siempre. Me siento inducida a clamar con gran voz: “¡Vamos rumbo a la patria!” Nos estamos acercando al tiempo en que Cristo vendrá con poder y grande gloria a llevar a sus redimidos a su hogar eterno.

*****

En la gran obra final encontraremos perplejidades que no sabremos resolver; pero no olvidemos que las tres grandes potestades del cielo están obrando, que una mano divina está sobre el timón y que Dios cumplirá sus promesas. El reunirá de todas partes del mundo un pueblo que le servirá en justicia.

*****

Nunca podrá la ciencia explicar la obra de la creación. ¿Qué ciencia puede explicar el misterio de la vida?

La teoría de que Dios no creó la materia cuando sacó al mundo a la existencia, no tiene fundamento. Al formar el mundo, Dios no se valió de materia preexistente. Por el contrario, todas las cosas, materiales o espirituales, comparecieron ante el Señor Jehová a la orden de su voz y fueron creadas para el propósito de él. Los cielos y todo su ejército, y todas las cosas que contienen, son no sólo la obra de sus manos, sino que llegaron a la existencia por el aliento de su boca. “Por la fe entendemos haber sido compuestos los siglos por la palabra de Dios, siendo hecho lo que se ve, de lo que no se veía.” Hebreos 11:3.

 

Los juicios de Dios sobre nuestras ciudades

 

Estando en Loma Linda, California, el 16 de abril de 1906, pasó delante de mí una de las más asombrosas escenas. En una visión de la noche, yo estaba sobre una altura desde donde veía las casas sacudirse como el viento sacude los juncos. Los edificios, grandes y pequeños, se derrumbaban. Los sitios de recreo, los teatros, hoteles y palacios suntuosos eran conmovidos y derribados. Muchas vidas eran destruídas y los lamentos de los heridos y aterrorizados llenaban el espacio.

Los ángeles destructores, enviados por Dios, estaban obrando. Un simple toque, y los edificios construídos tan sólidamente que los hombres los tenían por resguardados de todo peligro quedaban reducidos a un montón de escombros. Ninguna seguridad había en parte alguna. Personalmente, no me sentía en peligro, pero no puedo describir las escenas terribles que se desarrollaron ante mi vista. Era como si la paciencia de Dios se hubiese agotado y hubiese llegado el día del juicio. Entonces el ángel que estaba a mi lado me dijo que muy pocas personas se dan cuenta de la maldad que reina en el mundo hoy, especialmente en las ciudades grandes. Declaró que el Señor ha fijado un tiempo cuando su ira castigará a los transgresores por su persistente menoscabo de su ley. Aunque terrible, la escena que pasó ante mis ojos no me hizo tanta impresión como las instrucciones que recibí en esa ocasión. El ángel que estaba a mi lado declaró que la soberanía de Dios, el carácter sagrado de su ley, deben ser manifestados a los que rehusan obstinadamente obedecer al Rey de reyes. Los que prefieran quedar infieles habrán de ser heridos por los juicios misericordiosos, a fin de que, si posible fuere, lleguen a percatarse de la culpabilidad de su conducta. Durante el día siguiente, estuve pensando en las escenas que habían pasado ante mis ojos y en las instrucciones que las habían acompañado. Por la tarde fuimos a Glendale, cerca de Los Angeles. En el transcurso de la noche siguiente, recibí nuevas instrucciones tocante al carácter santo y obligatorio de los diez mandamientos y de la supremacía de Dios sobre todos los gobernantes terrenales. Me parecía estar en medio de una asamblea, presentando al público los requerimientos de la ley divina. Leí el pasaje relativo a la institución del sábado en el Edén, al final de la semana de la creación, y lo referente a la promulgación de la ley en el Sinaí. Después declaré que el sábado debe ser observado como señal de un “pacto perpetuo” entre Dios y los que le pertenecen, a fin de que sepan que son santificados por Jehová, su Creador. Luego insistí en el hecho de que el gobierno de Dios rige supremo todos los gobiernos de los hombres. Su ley debe ser regla de conducta para todos. No es permitido a los hombres pervertir sus sentidos por la intemperancia, o someter su mente a las influencias satánicas, porque ello los deja en la imposibilidad de observar la ley de Dios. Aunque el divino Soberano soporte con paciencia la maldad, no puede ser engañado, y no callará para siempre. Su autoridad y supremacía como Príncipe del universo, deben ser reconocidas, y las justas demandas de su ley vindicadas. Muchas otras instrucciones tocante a la longanimidad de Dios y la necesidad de hacer comprender a los transgresores el peligro de la posición que ocupan delante de él, fueron repetidas al público tal como yo las había recibido de mi instructor. El 18 de abril, dos días después de haber tenido la visión del derrumbamiento de los edificios, fuí a la capilla de la calle Carr, en Los Angeles, donde se me esperaba. Como íbamos llegando, oímos a los vendedores de diarios que gritaban: “¡San Francisco destruído por un terremoto!” Con el corazón lleno de angustia leí las primeras noticias del terrible desastre. Dos semanas más tarde, al volver a nuestra casa, pasamos por San Francisco, y, alquilando un coche, visitamos por una hora y media la desolación de aquella gran ciudad. Edificios reputados indestructibles yacían en ruinas. Algunas casas estaban en parte hundidas en el suelo. La ciudad ofrecía un cuadro lamentable de la vanidad de los esfuerzos humanos para construir edificios a prueba de fuego y terremotos. Por boca del profeta Sofonías, el Señor habla de los juicios con que afligirá a los que hacen el mal: “Destruiré del todo todas las cosas de sobre la haz de la tierra, dice Jehová. Destruiré los hombres y las bestias; destruiré las aves del cielo, y los peces de la mar, y las piedras de tropiezo con los impíos; y talaré los hombres de sobre la haz de la tierra, dice Jehová.” “Y será que en el día del sacrificio de Jehová, haré visitación sobre los príncipes, y sobre los hijos del rey, y sobre todos los que visten vestido extranjero. Asimismo haré visitación sobre todos los que saltan la puerta, los que hinchen de robo y de engaño las casas de sus señores.” ... “Y será en aquel tiempo, que yo escudriñaré a Jerusalem con candiles, y haré visitación sobre los hombres que están sentados sobre sus heces, los cuales dicen en su corazón: Jehová ni hará bien ni mal. Será por tanto saqueada su hacienda, y sus casas asoladas: y edificarán casas, mas no las habitarán; y plantarán viñas, mas no beberán el vino de ellas.” “Cercano está el día grande de Jehová, cercano y muy presuroso; voz amarga del día de Jehová; gritará allí el valiente. Día de ira aquel día, día de angustia y de aprieto, día de alboroto y de asolamiento, día de tiniebla y de obscuridad, día de nublado y de entenebrecimiento, día de trompeta y de algazara, sobre las ciudades fuertes, y sobre las altas torres. Y atribularé los hombres, y andarán como ciegos, porque pecaron contra Jehová: y la sangre de ellos será derramada como polvo, y su carne como estiércol. Ni su plata ni su oro podrá librarlos en el día de la ira de Jehová; pues toda la tierra será consumida con el fuego de su celo: porque ciertamente consumación apresurada hará con todos los moradores de la tierra.” Sofonías 1:2, 3, 8-18.

La iglesia militante es imperfecta

La iglesia militante no es la iglesia triunfante, y la tierra no es el cielo. La iglesia está compuesta de ...