lunes, 7 de octubre de 2013

Nuestra Elevada Vocación.

¿Somos culpables?

 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 1 Juan 2:15.

Es alarmante el hecho de que el amor al mundo predomine en la mente de los jóvenes. Aman decididamente el mundo y las cosas que están en el mundo, y por esta misma razón el amor de Cristo no encuentra lugar en sus corazones. Hallan placer en el mundo y en las cosas del mundo, y no conocen al Padre ni las gracias de su Espíritu. La frivolidad y la moda, y la conversación y las risas vacías y vanas caracterizan la vida de la juventud, y Dios es deshonrado. ...

Satanás se complace en atraer la atención de la juventud por cualquier cosa que distraiga sus mentes de Dios. ... No se dan cuenta de que el Artista celestial tiene conocimiento de cada acto y de cada palabra, ... y de que aun los pensamientos e intenciones del corazón quedan fielmente registrados. ... Todas esas palabras vanas y frívolas quedan escritas en el libro. Esas palabras falsas quedan escritas. Esos actos engañosos, cuyos motivos se ocultan a los ojos humanos, pero que son discernidos por el ojo de Jehová que todo lo ve, todos están escritos con letra bien visible. Cada acto egoísta queda expuesto. Los jóvenes se comportan generalmente como si las preciosas horas de gracia, mientras la misericordia dura, fueran un gran día de fiesta, y como si pensaran que han sido colocados en este mundo solamente para su propia diversión, y para complacerse por una continua excitación.—The Review and Herald, 30 de marzo de 1886.

Las palabras y las acciones dan testimonio claro de lo que hay en el corazón. Si la vanidad y el orgullo, el amor a sí mismo y el amor al vestido llenan el corazón, la conversación versará sobre las modas, el vestido, y la apariencia, pero no sobre Cristo y el reino de los cielos. Si en el corazón moran sentimientos de envidia, los mismos se manifestarán en palabras y acciones. ...

Algunos se ocupan de lo que comerán y beberán y de la ropa que se pondrán. Sus corazones están llenos con estos pensamientos, y ellos hablan de la abundancia del corazón, como si estas cosas constituyeran su gran blanco en la vida, sus más altas realizaciones. Se olvidan de las palabras de Cristo “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” Mateo 6:33

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