Desde California, en Estados Unidos, hasta Chile, toda la costa del Océano Pacífico del continente americano está recibiendo olas gigantescas desde este fin de semana.
En Coyuca, México, las olas alcanzaron un récord de 10 metros de altura, según las autoridades de protección civil. Al menos cinco personas murieron desde el sábado en Chile, Panamá y México, a causa de las olas. Y la alerta continúa en varios países.
Aunque en redes sociales algunos usuarios sugirieron que se trataba de
un tsunami del que no había sido lanzada una alerta, eso no es lo
cierto. Mientras que un tsunami es producto de un terremoto submarino, las olas de estos días son generadas por ciclones.
Cada año durante el otoño e invierno austral se forman tormentas en el sur del Pacífico que generan grandes olas,
cuya fuerza se mantiene a lo largo de miles de kilómetros. Estas olas
gigantes viajan en algunos casos más de 11.000 kilómetros. Es el
fenómeno que los meteorólogos conocen como mar de fondo.
Las olas que se producen en Nueva Zelanda durante un ciclón
pueden llegar a las costas de Los Ángeles días después. Además, suelen
ser más intensas que las que llegan habitualmente a la costa, que se
forman en su cercanía.
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