sábado, 20 de febrero de 2016

La Puerta Abierta

Una puerta abierta.

El Testigo fiel y verdadero declara: "He aquí, he puesto delante de ú una puerta abierta".   Agradezcamos a Dios con corazón, alma y voz; y aprendamos a acercarnos a él como por una puerta abierta, creyendo que podemos ir a él libremente con nuestras peticiones, y que él oirá y contestará.   Mediante una fe viviente en su poder para ayudar, recibiremos fortaleza para reñir las batallas del Señor con la confiada seguridad de la victoria (RH 9-7-1908).
(Heb. 10: 19-20.)
La puerta de comunicación.

El testigo fiel nos ha dado la seguridad de que ha puesto ante nosotros una puerta abierta que nadie puede cerrar. Muchos de los privilegios del mundo se les pueden negar a los que están procurando ser fieles a Dios; su camino puede ser obstruido y su obra estorbada por los enemigos de la verdad, pero no hay poder capaz de cerrar la puerta de comunicación entre Dios y sus almas. El cristiano puede cerrar esa puerta complaciéndose en el pecado o rechazando la luz del cielo; puede apartar sus oídos para no escuchar el mensaje de verdad, y así puede cortar la conexión entre Dios y su alma... Ni el hombre ni Satanás pueden cerrar la puerta que Cristo ha abierto para nosotros (RH 26-3-1889).

Comentario Biblico ASD, Vol. 7, p. 972.

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