Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias. 2 Timoteo 4:3. MSV 144.2
Rápidamente los hombres se están alistando bajo la bandera que han escogido, esperando y observando impacientes los movimientos de sus dirigentes. Hay personas que están vigilando, aguardando y trabajando para la aparición de nuestro Señor; mientras que el otro bando sigue con rapidez la corriente bajo el generalato del primer apóstata. Ellos buscan a un Dios en la humanidad, y Satanás personifica a aquel a quien buscan. Multitudes serán tan engañadas por su rechazamiento de la verdad, que aceptarán la falsificación. La humanidad es aclamada como Dios.—Testimonios para los Ministros, 364, 365.
A medida que nos acerquemos al fin del tiempo, habrá una demostración cada vez mayor de poder pagano; deidades paganas manifestarán su notable poder, y se exhibirán a sí mismas ante las ciudades del mundo; y esta situación ya ha comenzado a cumplirse. Mediante una diversidad de imágenes el Señor Jesús le presentó a Juan el carácter malvado y la influencia seductora de los que se han destacado en su persecución del pueblo de Dios. Todos necesitan sabiduría para investigar cuidadosamente el misterio de iniquidad que figura en forma tan destacada en las postrimerías de la historia de esta tierra... En el tiempo mismo en que vivimos, el Señor ha llamado a su pueblo y le ha dado un mensaje para presentar. Lo ha llamado a exponer la maldad del hombre de pecado, que ha hecho de la ley del domingo un poder distintivo, que ha pensado en cambiar los tiempos y la ley, y ha oprimido al pueblo de Dios que se mantiene firme para honrarlo y guardar el único verdadero día de reposo, el sábado de la creación...
Los peligros de los últimos días están sobre nosotros, y en nuestra obra hemos de amonestar a la gente acerca del peligro en que está. No se dejen sin tratar las solemnes escenas que la profecía ha revelado. Si nuestros hermanos estuvieran despiertos aunque fuera a medias, si se dieran cuenta de la cercanía de los sucesos descriptos en el Apocalipsis, se realizaría una reforma en nuestras iglesias, y muchos más creerían el mensaje. No tenemos tiempo que perder; Dios nos pide que velemos por las almas.—Testimonios para los Ministros, 117, 118.
Maranata, p.144.
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