Mientras el Senado de Argentina debatía sobre la legalización del aborto —proyecto que rechazaron los legisladores—, en las calles miles de ciudadanos escenificaron una de las mayores protestas del pasado 8 de agosto.
Hombres y mujeres que se manifestaban a favor de esa iniciativa hicieron una larga fila y llenaron formularios para renunciar a la Iglesia católica.
La Coalición Argentina por un Estado Laico (CAEL) convocó esa apostasía colectiva para quienes fueron bautizados y ya no se sienten representados por esa institución.
Fernando Lozada, integrante de CAEL, explicó a Página 12 que "para quien no está representado por la Iglesia [católica] es un acto de desafiliación tal como si, a una edad temprana, nos hubiesen anotado en un club o en un partido político con el que no coincidimos".
En un comunicado previo, esa coalición señaló que la separación entre religión y Estado "es fundamental" para que todos los ciudadanos tengan "un piso de igualdad" sin importar "las creencias y convicciones que puedan tener".
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