Avancemos con esfuerzo creciente—Estamos acercándonos al gran conflicto final. Todo movimiento de avance que se
efectúe ahora debe ser hecho con esfuerzo creciente; pues Satanás está
obrando con todo su poder para aumentar las dificultades de nuestro
camino. El trabaja con todo engaño de iniquidad para asegurar las almas
de los hombres. Se me ha encargado que diga a los ministros del Evangelio y a nuestros médicos misioneros: Avanzad. La obra que debe hacerse exige abnegación a cada paso, pero avanzad.—Carta 38, 1908.
No hay tiempo que perder—No tenemos tiempo que perder.
El fin está cerca. El viajar de lugar en lugar para difundir la verdad
quedará pronto rodeado de peligros a diestra y siniestra. Se pondra todo
obstáculo en el camino de los mensajeros del Señor, para que no puedan hacer lo que
les es posible hacer ahora. Debemos mirar bien de frente nuestra obra y
avanzar tan rápidamente como sea posible en una guerra agresiva. Por la
luz que Dios me ha dado, sé que las
potestades de las tinieblas están obrando con intensa energía desde
abajo, y con paso furtivo Satanás está avanzando para sorprender a los que duermen ahora, como un lobo que se apodera de su presa. Tenemos amonestaciones que podemos dar ahora, una obra que podemos hacer ahora; pero pronto ello será más difícil de lo que
podemos imaginarnos. Dios nos ayude a mantenernos donde brilla la luz, a
obrar con nuestros ojos fijos en Jesús nuestro Caudillo, y a avanzar
paciente y perseverantemente hasta ganar la victoria.—Joyas de los Testimonios 2:376 (1900).
La evangelización de las ciudades se torna más difícil—No
nos damos cuenta hasta qué grado las agencias satánicas están
trabajando en estas grandes ciudades. La obra de colocar el mensaje de
la verdad presente ante el pueblo está llegando a ser cada vez más
difícil. Es esencial que talentos nuevos y variados se unan en una labor inteligente en favor del pueblo.—Medical Ministry, 300 (1909).
Se ha desaprovechado el tiempo oportuno—Hay que llevar a cabo una obra grandiosa. El Espíritu Santo me ha instado a decir a los que se dedican a la obra del Señor, que se ha desaprovechado el tiempo favorable para predicar nuestro mensaje en las ciudades, y que esta obra no se ha realizado. Me siento preocupadísima por la idea de que ahora debemos redimir el tiempo.—Manuscrito 62, 1903.
La obra que la iglesia no ha hecho en tiempos de paz y prosperidad, tendrá que hacerla durante una terrible crisis, en las circunstancias más desalentadoras y prohibitivas.—Joyas de los Testimonios 2:164 (1885).
El Espíritu de Dios se está retirando gradualmente—Estamos viviendo en el tiempo del fin. El presto cumplimiento de las señales de los tiempos proclama la inminencia de la venida de nuestro Señor. La época en que
vivimos es importante y solemne. El Espíritu de Dios se está retirando
gradual pero ciertamente de la tierra. Ya están cayendo juicios y plagas
sobre los que menosprecian la gracia de Dios. Las
calamidades en tierra y mar, la inestabilidad social, las amenazas de
guerra, como portentosos presagios, anuncian la proximidad de
acontecimientos de la mayor gravedad.
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