miércoles, 13 de noviembre de 2024

Es necesario aprender la lección


Todos los que ocupan puestos de responsabilidad necesitan aprender la lección encerrada en la humilde oración de Salomón. Deben recordar siempre que un cargo no cambia el carácter del que lo desempeña ni le hace infalible. Cuánto más alto esté colocado un hombre, tanto mayores serán sus responsabilidades y más vasta su influencia; tanto más necesitará comprender lo mucho que depende de la fuerza y sabiduría divinas y lo mucho que necesita cultivar un carácter santo y perfecto. Los que aceptan puestos de responsabilidad en la obra de Dios deberían recordar siempre que al llamarlos a esta obra el Señor los ha llamado también a andar con prudencia delante de él y delante de los hombres. En vez de creerse llamados a regentar, a dictar y mandar, deberían darse cuenta de que ellos mismos necesitan aprender. Cuando un obrero de responsabilidad no aprende esta lección, cuanto antes se le releve de su responsabilidad, tanto mejor será para él mismo y para la obra de Dios. Jamás imparte un cargo santidad y excelencia de carácter. Quien honra a Dios y guarda sus mandamientos recibe él mismo honores.

Cada uno debería formularse con humildad la siguiente pregunta: “¿Soy yo apto para ocupar este cargo? ¿He aprendido a practicar la justicia y el juicio según los caminos del Señor?” El ejemplo terrenal del Salvador nos fué dado para que no andemos en nuestra propia fuerza, sino que cada cual se considere “mozo pequeño,” según la expresión de Salomón.

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