
El 8 de diciembre de 2025, la Casa Blanca emitió el "Mensaje Presidencial con motivo de la Fiesta de la Inmaculada Concepción". En la proclamación de 2025, el presidente Trump reconoció públicamente el 8 de diciembre como un "Día Santo", en honor a la concepción sin pecado de María y su papel como madre de Jesús. Trump vincula la veneración de María directamente con la historia estadounidense al afirmar que en 1792 el primer obispo católico estadounidense consagró la joven nación a "la madre de Cristo".
También relata cómo los católicos vincularon la intercesión de María con victorias históricas, como la Batalla de Nueva Orleans, y señala que muchas iglesias, escuelas, hospitales e instituciones en todo Estados Unidos llevan el nombre de María o se inspiran en la devoción mariana. Esto básicamente sitúa a María como figura fundamental de "nuestra Gran Historia Americana". Trump ha unido la devoción mariana con la identidad nacional estadounidense. Estados Unidos se está convirtiendo en una imagen de la Iglesia Católica Romana.
Estamos presenciando cómo el presidente de una nación históricamente protestante emite una proclamación nacional para la Fiesta de la Inmaculada Concepción —una festividad típicamente católica— y la concluye con la oración del «Dios te salve, María, llena eres de gracia», convocando así a la nación a participar en la oración de intercesión a María. Esta es una veneración mariana abierta, una afirmación pública de la doctrina católica y la elevación de María como figura religiosa nacional.
La Casa Blanca publicó lo siguiente, que es parte de la proclamación de Donald Trump:
• “Hoy, reconozco a todos los estadounidenses que celebran el 8 de diciembre como un día sagrado en honor a la fe, la humildad y el amor de María, madre de Jesús y una de las figuras más importantes de la Biblia”. [1]
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