Ellen G. White es respetada por millones de personas alrededor del mundo como alguien que fue bendecida por Dios con mensajes para la Iglesia Adventista del Séptimo Día y para el mundo en los últimos días. Una larga porción de sus escritos están todavía sin ser publicados, a casi un siglo de su muerte (1915). Los beneficiarios de sus escritos son la gente para los que ella pretendió serles bendición a través sus obras escritas. Los derechos de copia han expirado parasus manuscritos y sus cartas no publicadas (ver http://www.copyright.gov/pr/pdomain.html). Los Fideicomisarios del Centro White admiten que el tiempo ha llegado para liberar sus escritos desde el año 1998. La habilitar para digitalizarlos llegó en el añó 2002. Estos factores muestran que ha pasado mucho tiempo para que el pueblo de la comunidad Adventista del Séptimo Día tuviera acceso a estos escritos para investigación y con propósitos de edificación.http://diario-de-alas97.blogspot.com.es/2012/11/peticion-para-liberar-los-escritos-de.html
La meditación del papa estuvo centrada en el evangelio dominical (Mc. 13:24-32), que es una parte del discurso de Jesús sobre los tiempos finales, y que Benedicto XVI lo presentó como “probablemente el texto más difícil de los Evangelios”. Según el Catequista universal, esta dificultad se debe tanto a los contenidos como al lenguaje, porque “habla de un futuro que está más allá de nuestras categorías, y por ello Jesús utiliza imágenes y palabras tomadas del Antiguo Testamento, pero sobre todo, incorpora un nuevo centro, que es Él mismo, el misterio de su persona, y de su muerte y resurrección”.
Hizo ver el papa que las imágenes cósmicas de género apocalíptico a que se refiere Jesús, como aquellas de que el sol se oscurecerá y que la luna no dará su resplandor, o que las estrellas irán cayendo del cielo, son relativizadas por Él mismo cuando dice: “Y entonces verán al Hijo del hombre que viene entre nubes del cielo con gran poder y gloria” (v. 26).
Esta frase de Cristo, enseñó el santo padre, lo señala a Él como el “Hijo del Hombre”, aquel “que conecta el presente con el futuro (y en quien) las antiguas palabras de los profetas han encontrado finalmente un centro. Él es el verdadero acontecimiento que, en medio de la agitación del mundo, sigue siendo el punto firme y estable”.Fuente: Zenit.org