sábado, 30 de diciembre de 2023

Tema: [ ENOC en el Tiempo del Fin ] Ponente: Andrés Aragón


 

Constantes en la oración - Gerson David Cabeza || Culto Divino


 

¡Maranata: El Señor Viene! Diciembre. Día 30 - Seguridad Eterna


 Escrito por Elena G. de White en la voz de Pablo A. Valencia Trujillo Diciembre - El Juicio Final y la Tierra Nueva Día 30 - Seguridad Eterna

ISAÍAS CAP. 37 - Reavivados por su Palabra


 

Mover montañas - El camino del elegido - Juan Surroca


 

Tan fácil de probar como probar que hay sol y mar - Carlos A Camelo


 

viernes, 29 de diciembre de 2023

Estorbaron la siembra


Una clase de personas estaba anotada por haber estorbado la siembra. A medida que el ojo escrutador del Juez descansaba sobre ellos, se les revelaban distintamente sus pecados y negligencia. Con labios pálidos y temblorosos reconocían que habían traicionado su santo cometido. Habían recibido advertencias y privilegios, pero no los habían escuchado ni aprovechado. Podían ver ahora que habían presumido demasiado de la misericordia de Dios. En verdad, no tenían que hacer confesiones como las de los viles, bajos y corrompidos; pero, como la higuera, eran malditos porque no llevaron frutos, porque no aprovecharon los talentos que se les había confiado.

Esta clase había hecho de su yo algo supremo, y había trabajado solamente en favor de sus intereses egoístas. No eran ricos para con Dios ni habían respondido a sus derechos sobre ellos. Aunque profesaban ser siervos de Cristo, no le llevaron almas. Si la causa de Dios hubiese dependido de sus esfuerzos, habría languidecido; porque no solamente retenían los recursos que Dios les había prestado, sino que se retenían a sí mismos. Pero ahora podían ver y sentir que al mostrarse irresponsables con la obra de Dios, se habían colocado a la izquierda. Habían tenido oportunidad, pero no quisieron hacer lo que podían y debían haber hecho. Se mencionaron los nombres de todos los que profesan la verdad. Se reprendió a algunos por su incredulidad, y a otros por haber sido perezosos. Habían dejado que otros hiciesen la obra de la viña del Señor y llevasen las más pesadas responsabilidades, mientras que ellos servían egoístamente sus propios intereses temporales. Si hubiesen cultivado la capacidad que Dios les había dado, habrían llevado fielmente las responsabilidades y habrían trabajado en favor de los intereses del Maestro. El Juez dijo: “Todos serán justificados por su fe, y juzgados por sus obras.” ¡Cuán vívidamente aparecía entonces su negligencia, y cuán prudente el arreglo de Dios al dar a cada uno una obra que hacer para promover la causa y salvar a sus semejantes! Cada uno debía manifestar una fe viva entre su familia y su vecindario, revelando bondad hacia los pobres, simpatía hacia los afligidos, dedicándose a la obra misionera y ayudando a la causa de Dios con sus recursos. Pero, como en el caso de Meroz, la maldición de Dios descansaba sobre ellos por lo que no habían hecho. Habían amado el trabajo que les producía el mayor provecho en esta vida; y frente a sus nombres, en el libro mayor dedicado a las buenas obras, había un lamentable espacio en blanco. Las palabras que se dirigieron a estas personas fueron muy solemnes: “Sois pesados en la balanza y se os ha hallado faltos. Habéis descuidado las responsabilidades espirituales en favor de las actividades temporales, mientras que vuestra misma posición de confianza hacía necesario que tuvieseis sabiduría más que humana y un juicio superior al juicio finito. Lo necesitabais siquiera para cumplir la parte mecánica de vuestro trabajo; y cuando separasteis a Dios y su gloria de vuestros quehaceres, os apartasteis de su bendición.”

¡Maranata: El Señor Viene! Diciembre. Día 29 - El Sábado en el Más Allá


 Escrito por Elena G. de White en la voz de Pablo A. Valencia Trujillo Diciembre - El Juicio Final y la Tierra Nueva Día 29 - El Sábado en el Más Allá

ISAÍAS CAP. 36 - Reavivados por su Palabra


 

¿Cuál debe ser la respuesta a tus enemigos cuando te atacan? Isaias 36:20,21.


 

Fracisco el ultimo papa?


 

jueves, 28 de diciembre de 2023

ISRAEL Y HAMAS EN LA PROFECIA BÍBLICA (Nelson Berrú)


 

El juicio


En la mañana del 23 de octubre de 1879, a eso de las dos, el Espíritu del Señor descansó sobre mí, y contemplé escenas del juicio venidero. Las palabras me faltan para describir adecuadamente las cosas que pasaron delante de mí y el efecto que tuvieron sobre mi espíritu. Parecía haber llegado el gran día de la ejecución del juicio de Dios. Diez mil veces diez millares estaban congregados delante de un gran trono, sobre el cual estaba sentado un personaje de majestuosa apariencia. Delante de él había varios libros y sobre las tapas de cada uno de ellos estaba escrito en letras de oro semejantes a llamas de fuego “El libro mayor del cielo.” Uno de estos libros, que contenía los nombres de los que aseveran creer en la verdad, fué abierto entonces. Inmediatamente perdí de vista los incontables millones que rodeaban el trono y mi atención se dedicó únicamente a los que profesan ser hijos de la luz y la verdad. A medida que se nombraba una tras otra a estas personas, y se mencionaban sus buenas acciones, sus rostros se iluminaban con un gozo santo que se reflejaba en toda dirección. Pero esto no pareció ser lo que impresionó con más fuerza mi espíritu. Se abrió otro libro en el cual estaban anotados los pecados de los que profesan la verdad. Bajo el encabezamiento del egoísmo venían todos los demás pecados. Había también encabezamientos en cada columna, y debajo de ellos, frente a cada nombre, estaban registrados en sus respectivas columnas los pecados menores. Bajo la codicia venía la mentira, el robo, los hurtos, el fraude y la avaricia; bajo la ambición venía el orgullo y la extravagancia; los celos encabezaban la lista de la malicia, la envidia y el odio; y la intemperancia, otra larga lista de crímenes terribles, como la lascivia, el adulterio, la complacencia de las pasiones animales, etc. Mientras contemplaba esto me sentía abrumada de angustia indecible, y exclamé: “¿Quién puede salvarse? ¿Quién puede ser justificado delante de Dios? ¿Cúyas vestiduras están sin mancha? ¿Quién está sin defecto a la vista de un Dios puro y santo? Mientras el Ser santo que estaba sobre el trono hojeaba lentamente las páginas del libro mayor, y sus ojos se posaban un momento sobre las personas, su mirada parecía penetrar como fuego hasta sus mismas almas, y en ese momento, toda palabra y acción de sus vidas pasaba delante de sus mentes tan claramente como si hubiesen sido escritas ante su visión en letras de fuego. El temblor se apoderó de aquellas personas, y sus rostros palidecieron. Al principio, mientras rodeaban el trono, aparentaban una indiferencia negligente. Pero ¡cuán cambiadas estaban! Había desaparecido la sensación de seguridad, y en su lugar reinaba un terror indecible. Cada alma se sentía presa de espanto, no fuese que se hallara entre los que eran hallados faltos. Todo ojo se fijaba en el rostro de Aquel que estaba sentado sobre el trono; y mientras sus ojos escrutadores recorrían solemnemente la compañía, los corazones temblaban, porque se sentían condenados sin que se pronunciase una palabra. Con angustia en el alma, cada uno declaraba su propia culpabilidad, y en forma terriblemente vívida veía que al pecar había desechado el precioso don de la vida eterna.

Camina por el único camino seguro para llegar a la tierra nueva Isaías 35:8,10.


 

Doble el impacto - dólar por dólar


 

HORROR LAS CALLES SE CONVIERTEN EN RÍOS HAY PERSONAS SIN VIDA / REPORTE SÍSMICO MUNDIAL


 

ÉSTO PASA SI ORAS ASÍ, PASTOR ANDRÉS PORTES - A&R CANAL


 

Escuela Sabática LIKE | Lección 13 | El de la misión de Dios


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¡Maranata: El Señor Viene! Diciembre. Día 28 - El Reino de Amor de Cristo


 Escrito por Elena G. de White en la voz de Pablo A. Valencia Trujillo Diciembre - El Juicio Final y la Tierra Nueva Día 28 - El Reino de Amor de Cristo

ISAÍAS CAP. 35 - Reavivados por su Palabra


 

miércoles, 27 de diciembre de 2023

Una lección de humildad


Jesús, el amado Salvador, ha dado a todos notables lecciones de humildad, pero especialmente al ministro evangélico. En su humillación, cuando su obra en la tierra estaba casi terminada y estaba por volver al trono de su Padre, de donde había venido con toda la potestad en sus manos y con toda la gloria sobre su frente, entre las últimas lecciones que dió a sus discípulos hubo una sobre la importancia de la humildad. Mientras éstos contendían en cuanto a quién sería el mayor en el reino prometido, se ciñó como siervo y lavó los pies de aquellos que le llamaban Señor y Maestro. Casi había terminado su ministerio; le quedaban tan sólo unas pocas lecciones más que impartir. Y a fin de que nunca olvidasen la humildad del Cordero de Dios, puro y sin mancha, el que iba a ofrecer en favor del hombre el sacrificio más grande y eficaz se humilló y les lavó los pies a los discípulos. Nos beneficiará a todos, pero especialmente a nuestros ministros en general, el recordar frecuentemente las escenas finales de la vida de nuestro Redentor. Aquí, asediados de tentaciones como él lo fué, podemos todos aprender lecciones de la mayor importancia para nosotros. Sería bueno que dedicásemos una hora de meditación cada día para repasar la vida de Cristo desde el pesebre hasta el Calvario. Debemos considerarla punto por punto, y dejar que la imaginación capte vívidamente cada escena, especialmente las finales de su vida terrenal. Al contemplar así sus enseñanzas y sus sufrimientos, y el sacrificio infinito que hizo para la salvación de la familia humana, podemos fortalecer nuestra fe, vivificar nuestro amor, compenetrarnos más profundamente del espíritu que sostuvo a nuestro Salvador. Si queremos ser salvos al fin, debemos aprender todos, al pie de la cruz, la lección de penitencia y fe. Cristo sufrió la humillación para salvarnos de la desgracia eterna. Consintió en que sobre él recayesen el desprecio, las burlas y los ultrajes, a fin de protegernos. Fué nuestra transgresión lo que reunió en derredor de su alma divina el velo de las tinieblas, y le arrancó su clamor, como de quien fuese herido y abandonado de Dios. Llevó nuestros pesares; fué afligido por nuestros pecados. Se hizo ofrenda por el pecado, a fin de que pudiésemos ser justificados delante de Dios por su medio. Todo lo noble y generoso que hay en el hombre responderá a la contemplación de Cristo en la cruz. Anhelo ver a nuestros ministros espaciándose más en la cruz de Cristo, mientras sus propios corazones se enternecen y subyugan ante el amor incomparable del Salvador, quien realizara este sacrificio infinito. Si, en relación con la teoría de la verdad, nuestros ministros se espaciasen más en la piedad práctica, hablando con el corazón impregnado del espíritu de la misma, veríamos a muchas más almas acudir al estandarte de la verdad; sus corazones se conmoverían gracias a las súplicas de la cruz de Cristo, la generosidad infinita y la compasión de Jesús al sufrir por el hombre. Estos temas vitales, en relación con los puntos doctrinales de nuestra fe, harían mucho bien a la gente. El corazón del maestro debe rebosar de un conocimiento experimental del amor de Cristo. El poderoso argumento de la cruz convencerá de pecado. El amor divino de Dios hacia los pecadores, expresado en el don de su Hijo para que sufriese la vergüenza y la muerte a fin de que ellos pudiesen ser ennoblecidos y dotados de la vida eterna, es digno de que se lo estudie toda la vida. Os ruego que estudiéis de nuevo la cruz de Cristo. Si todos los orgullosos y vanagloriosos, cuyo corazón anhela recibir el aplauso de los hombres y alcanzar distinción por encima de sus semejantes, pudiesen estimar correctamente el valor de la más alta gloria terrenal en contraste con el valor del Hijo de Dios, rechazado, despreciado y escupido por aquellos mismos a quienes había venido a redimir, ¡cuán insignificantes parecerían todos los honores que puede conceder el hombre finito! En la Palabra de Dios se tratan deberes cuyo cumplimiento mantendrá al pueblo de Dios humilde y separado del mundo y le impedirá apostatar como las iglesias nominales. El lavamiento de los pies y la participación en la cena del Señor deben practicarse con más frecuencia. Jesús nos dió el ejemplo y nos dijo que hiciésemos como él nos dijo. Vi que su ejemplo debe seguirse tan exactamente como sea posible; pero los hermanos no han obrado siempre tan juiciosamente como debieran hacerlo al lavarse los pies, y se ha producido confusión. Este rito debe introducirse en lugares nuevos con cuidado y prudencia, especialmente donde la gente no está informada acerca del ejemplo y las enseñanzas de nuestro Señor al respecto, y donde se tienen prejuicios contra esta práctica. Muchas almas sinceras, debido a la influencia de sus maestros anteriores en quienes tenían confianza, manifiestan mucho prejuicio contra este claro deber, y se les debe presentar el tema en el momento y de la manera más convenientes.

La Palabra de Dios no fallará…se cumplirá aún en lo más mínimo Isaías 34:16.


 

El Consolador Ha Estado Desde Siempre - SNCL FCTR 017


 

HORROR LA DEVASTACIÓN CADA VEZ PEOR / LLEGÓ PLAGA DILUVIO TERREMOTO / REPORTE SÍSMICO MUNDIAL


 

ROMA DESPERTO A LA BESTIA DE SODOMA I Jericho Valdez


 

ESCUELA SABÁTICA HOY | 27 DE DICIEMBRE DE 2023


 Escuela Sabática HOY - con Oliver Coronado. MIÉCOLES 27 DE DICIEMBRE DE 2023: 🔥 ÚNETE - GRUPO - WHATSAPP CORONA STUDIO #7 https://chat.whatsapp.com/GTiDGcuPM7I...

🔴Alertando sobre los mensajes ambiguos de Oliver Coronado.


 Pienso que muchos no llegamos a la sombra del calzado del hermano Oliver Coronado.

¡Maranata: El Señor Viene! Diciembre. Día 27 - Especulaciones con Respecto a la Tierra Nueva


 Escrito por Elena G. de White en la voz de Pablo A. Valencia Trujillo Diciembre - El Juicio Final y la Tierra Nueva Día 27 - Especulaciones con Respecto a la Tierra Nueva

ISAÍAS CAP. 34 - Reavivados por su Palabra


 

martes, 26 de diciembre de 2023

Injertados en Cristo


Cristo, en su enseñanza a sus discípulos, les dijo: “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, le quitará: y todo aquel que lleva fruto, le limpiará, para que lleve más fruto.” Juan 15:1, 2. El que está unido con Cristo y participa de la savia y la nutrición de la vid, realizará las obras de Cristo. Debe estar en él el amor de Cristo, o no puede estar en la Vid. El amor supremo hacia Dios, y el amor hacia nuestro prójimo, igual al que tenemos para con nosotros mismos, es la base de la verdadera religión. Cristo pregunta a cada uno de los que profesan su nombre: “¿Me amas tú?” Si amamos a Jesús, amaremos las almas por las cuales murió. Puede ser que alguien no tenga un aspecto muy agradable, tal vez sea deficiente en muchos respectos; pero si tiene fama de honrado e íntegro, conquistará la confianza de los demás. El amor a la verdad y la confianza que los hombres pueden depositar en él superarán los rasgos objetables de su carácter. El ser dignos de confianza en nuestro puesto y vocación, el estar dispuestos a negarnos a nosotros mismos para beneficio de los demás, impartirá paz al espíritu y nos brindará el favor de Dios. Los que quieran andar detenidamente en las pisadas de su abnegado Redentor reflejarán en su manera de ser la de Cristo. La pureza y el amor de Cristo resplandecerán en su vida diaria y su carácter, y la mansedumbre y la verdad guiarán sus pies. Toda rama fructífera se podará para que dé más fruto. Aun las ramas fructíferas pueden ostentar demasiado follaje, y aparentar lo que en realidad no son. Los seguidores de Cristo pueden hacer alguna obra para el Maestro, y sin embargo no estar haciendo ni la mitad de lo que podrían hacer. El los poda entonces, porque la mundanalidad, la indulgencia propia y el orgullo se están manifestando en su vida. Los viñadores cortan los pámpanos sobrantes de las vides y los zarcillos que se aferran a la maleza de la tierra, y así las hacen más fructíferas. Estas causas de estorbo deben eliminarse y debe cortarse todo lo defectuoso que ha crecido demás, para dejar lugar a los rayos sanadores del Sol de Justicia. Dios quiso que por medio de Cristo el hombre caído tuviese otra oportunidad. Muchos no entienden el propósito para el cual fueron creados. Lo fueron para beneficiar a la humanidad y glorificar a Dios, más bien que para gozar de sí mismos y glorificarse. Dios poda constantemente a su pueblo y corta las ramas que se extienden profusamente, a fin de que lleven frutos para su gloria y no produzcan solamente hojas. Dios nos poda mediante el pesar, las desilusiones y la aflicción, a fin de que disminuya el desarrollo de los rasgos perversos del carácter, y para que los rasgos superiores tengan oportunidad de desarrollarse. Debemos renunciar a los ídolos, debe enternecérsenos la conciencia, las meditaciones de nuestro corazón deben convertirse en espirituales, y todo el carácter debe adquirir simetría. Los que realmente desean glorificar a Dios, agradecerán si todos los ídolos y pecados quedan expuestos, a fin de poder ver estos males y desecharlos; pero el corazón dividido deseará complacencia más bien que abnegación. La rama aparentemente seca, al conectarse con la vid viviente, llega a formar parte de ella. Fibra tras fibra y vena tras vena se van adhiriendo a la vid, hasta que deriva de la cepa madre su vida y nutrición. El injerto brota, florece y fructifica. El alma, muerta en sus delitos y pecados, debe experimentar un proceso similar a fin de quedar reconciliada con Dios, y participar de la vida y del gozo de Cristo. Así como el injerto recibe vida cuando se une a la vid, el pecador participa de la naturaleza divina cuando se relaciona con Dios. El hombre finito queda unido con el Dios infinito. Cuando estamos así unidos, las palabras de Cristo moran en nosotros y no somos ya impulsados por sentimientos espasmódicos, sino por principios vivos y permanentes. Debemos meditar en las palabras de Cristo, apreciarlas y atesorarlas en el corazón. No debemos repetirlas como loros, sin darles cabida en la memoria ni dejarles ejercer influencia sobre el corazón y la vida. Así como el pámpano debe permanecer en la vid para obtener la savia vital que lo hace florecer, los que aman a Dios y guardan todos sus dichos deben permanecer en su amor. Sin Cristo no podemos subyugar un solo pecado ni vencer la menor tentación. Muchos necesitan el Espíritu de Cristo y su poder para iluminar su entendimiento, tanto como el ciego Bartimeo necesitaba su vista natural. “Como el pámpano no puede llevar fruto de sí mismo, si no estuviere en la vid; así ni vosotros, si no estuviereis en mí.” Juan 15:4. Todos los que están realmente en Cristo experimentarán el beneficio de esta unión. El Padre los acepta en el Amado, y se transforman en el objeto de su solicitud y tierno y amante cuidado. Esta relación con Cristo resultará en la purificación del corazón, y en una vida circunspecta y un carácter sin tacha. El fruto que llevará el árbol cristiano es “caridad, gozo, paz, tolerancia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza.” Gálatas 5:22, 23.

LO QUE DESCENDIÓ SOBRE CRISTO | SNCL FCTR 047

  ¿Qué se posó sobre Cristo en su bautismo? ESENCIAL FACTOR es una labor sin fines de lucro. Para colaborar con este trabajo: Correo: danie...