"No llaméis conspiración a todas las cosas que este pueblo llama conspiración; ni temáis lo que ellos temen, ni tengáis miedo." Isa. 8: 12.
Nuestra obra consiste en predicar al mundo los mensajes del primero, segundo y tercer ángeles. Al cumplir nuestros deberes, no debemos despreciar ni temer a nuestros enemigos. Pero unirnos mediante compromisos con los que no participan de nuestra fe, es algo que Dios no aprueba.
Debemos tratar con amabilidad y cortesía a los que no quieren ser leales a Dios, pero jamás debemos unirnos en consejo con ellos con respecto a los intereses vitales de su obra, porque éste no es el proceder del Señor. Al poner nuestra confianza en Dios, debemos avanzar firmemente, para hacer su obra sin egoísmo, dependiendo humildemente de él, consagrándonos con todo lo que concierne a nuestro presente y nuestro futuro a su sabia providencia, conservando hasta el fin el principio de nuestra confianza, recordando que no recibimos las bendiciones del cielo porque somos dignos de ellas, sino porque Cristo es digno, y debido a nuestra aceptación, por fe en él, de la abundante gracia de Dios. Leer mas:http://www.upavision.com/Devocionales/2012/Cada%20dia%20con%20Dios/Julio/07-06-2012-Prediquemos%20la%20Palabra.html
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