lunes, 17 de diciembre de 2012

Cada día con Dios. Elena G. de White

RAREZAS Y EXCENTRICIDADES


"Y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder." 1 Cor. 2: 4.

No debemos sorprendernos al descubrir que Satanás obra en la actualidad como lo hizo en lo pasado. Debemos vivir por fe, porque sin ella es imposible agradar a Dios. . . Las pretensiones ostentosas de justicia y las demostraciones ruidosas, tienen como fin lograr que se tenga una experiencia teñida de fanatismo que confundirá muchas mentes. Si alentamos tales cosas, se producirá una ola de fanatismo en nuestras filas que será perjudicial para la obra de Dios, y que arrastrará a muchas almas a engaños peligrosos. Estas cosas han sido ideadas por Satanás para engañar, si fuera posible, aun a los escogidos.

Tenemos el privilegio de predicar la Palabra con manifestación del poder del Espíritu. Cada alma, a su vez, tiene el privilegio de ejercer fe en nuestro Señor Jesucristo. Pero la pura vida espiritual se manifiesta sólo cuando el alma se entrega para hacer la voluntad del Altísimo por medio de Cristo, el Salvador que nos vino a reconciliar con Dios. Tenemos el privilegio de ser modelados por el Espíritu Santo. Por medio de la fe entramos en comunión con Cristo Jesús, que mora en el corazón de todos los mansos y humildes. Su fe obra por el amor y purifica el alma; es una fe que da paz al corazón, y que conduce por la senda de la abnegación y el sacrificio. . .

No haya rarezas ni excentricidades de parte de los que presentan la Palabra de verdad, porque tales cosas debilitan la impresión que ésta debe hacer. Debemos estar en guardia, porque Satanás está resuelto a entremezclar su influencia maligna con los servicios religiosos, si le es posible. No haya tampoco nada de teatral, porque tal cosa no contribuirá a fortalecer la fe en la Palabra de Dios. Por el contrario, desviará la atención hacia el instrumento humano. . .

Los que estén realmente bajo la influencia del Espíritu Santo, manifestarán su poder mediante la aplicación práctica de los eternos principios de la verdad. Pondrán de manifiesto que el aceite santo procedente de las dos olivas se derrama en las vasijas del templo del alma. Sus palabras estarán llenas del poder del Espíritu Santo para suavizar y subyugar el corazón. Debe quedar de manifiesto que las palabras pronunciadas son espíritu y son vida ( Carta 352 , del 16 de diciembre de 1908, dirigida al pastor S. N. Haskell, presidente de la Asociación de California).

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