domingo, 13 de marzo de 2016

¡¡¡OJO CON LO QUE ESCUCHAMOS, NOS PUEDE APARTAR DEL CAMINO!!


Los miembros del pueblo remanente que purifican sus almas mediante la obediencia a la verdad, se fortalecen en el proceso probatorio y manifiestan la belleza de la santidad en medio de la apostasía circundante. A todos ellos se les dice: "He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida" "(Isa. 49: 16). Se tiene de ellos un recuerdo eterno e imperecedero. Nos falta fe ahora, una fe viviente. Nos hace falta un testimonio viviente que penetre hasta el corazón del pecador. Se sermonea demasiado pero se ministra muy poco. Nos hace falta la unción celestial. Necesitamos el espíritu y el fervor de la verdad. Muchos de los ministros casi están paralizados por sus propios defectos de carácter. Necesitan el poder de Dios que convierte. Dios requirió de Adán antes de su caída una obediencia perfecta a su Ley.

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