Dos sismos de 6.1 y 5.4 grados en la escala de Richter volvieron a golpear hoy a Italia tras el terremoto que en agosto pasado dejó casi 300 muertos y se sintieron con fuerza en casi todo el país y en Roma, donde se debió evacuar la Cancillería, aunque sin víctimas fatales en las primeras horas.
Tras un terremoto de 5.4 grados registrado a las 19.10 locales
(14.10 de Argentina) en la localidad de Castelsantangelo sul Nera, a
casi 200 kilómetros de Roma, un segundo sismo de 6.1 grados y a menos de
9 kilómetros de profundidad volvió a golpear al país.
El segundo movimiento, originado también en el centro de Italia a 10
kilómetros de profundidad y que se sintió en casi todo el país pasadas
las 21.15 locales obligó a evacuar la sede de la Cancillería en la zona
norte de la capital, confirmaron a Télam fuentes diplomáticas en Roma, y
produjo una pausa obligada en el partido Pescara-Atalanta, en la región
cercana al epicentro.
En Ussita, a 130 kilómetros de la capital y la localidad más cercana al
epicentro del segundo sismo, la situación resultó "apocalíptica", según
reconoció el alcalde Marco Rinaldi.
"El último sismo fue terrible, largo y de una violencia inaudita.
Cayeron paredes de algunas casas y la fachada de una Iglesia. Fue el
terremoto más grande de mi vida, una cosa inaudita, terrible. Es una
situación apocalíptica", agregó el jefe comunal a la prensa.
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