El Señor abre el entendimiento del investigador honesto. El Espíritu Santo capacita la mente para comprender las realidades de la revelación, y de ese modo la luz divina se comunica con el alma. En esto consiste el abrir los ojos para contemplar el tesoro genuino y así la mente se aferra a las glorias de un mundo mejor. El alma desea ardientemente la excelencia de Jesucristo.” (Exaltad a Jesús, Pág. 175)
Hoy en la segunda etapa de “Reavivados por su Palabra” leeremos Salmos 25 ¡Feliz día!
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