jueves, 19 de septiembre de 2019

EL ESPIRITISMO

Se me presentó el engaño de los golpes de los médiums espiritistas y vi que Satanás puede poner ante nosotros la apariencia de formas que simulen ser nuestros parientes o amigos que duermen en Jesús. Se hará aparentar como si estos deudos estuvieran presentes en realidad. Hablarán las palabras que pronunciaban mientras estaban aquí, con las cuales nos hemos familiarizado, y resonará en nuestro oído su mismo timbre de voz. Todo esto es para engañar al mundo y entramparlo en la creencia de este engaño. Vi que los santos deben tener cabal comprensión de la verdad presente, que se verán obligados a sostener por las Escrituras. Deben comprender el estado en que se hallan los muertos, porque los espíritus diabólicos se les aparecerán aseverando ser queridos parientes o amigos que les declararán doctrinas contrarias a la Escritura. Harán cuanto puedan para excitar su simpatía y realizarán milagros, ante ellos para confirmar sus declaraciones. El pueblo de Dios debe estar preparado para rechazar a estos espíritus con la verdad bíblica de que los muertos nada saben y que los aparecidos son espíritus de demonios. Debemos examinar cuidadosamente el fundamento de nuestra esperanza, porque de las Escrituras hemos de entresacar la razón que hayamos de dar de ella. Este engaño espiritista se difundirá, y tendremos que luchar con él cara a cara, y si no estamos preparados para ello, quedaremos engañados y vencidos. Pero si por nuestra parte hacemos cuanto podamos a fin de prepararnos para afrontar el conflicto que se avecina, Dios hará su parte y nos protegerá con su brazo omnipotente. Enviará a todos los ángeles de la gloria para levantar una valla alrededor de las almas fieles 263 antes que consentir en que las engañen y extravíen los falaces prodigios de Satanás. Vi la rapidez con que se difundía el engaño espiritista. Se me mostró un tren de vagones que marchaban con la velocidad del rayo. El ángel me mandó que observara cuidadosamente. Fijé la vista en el tren. Parecía que en él iba el mundo entero. Después el ángel me mostró al jefe del tren, un hermoso e imponente personaje a quien todos los pasajeros admiraban y reverenciaban. Quedé perpleja y le pregunté a mi ángel acompañante quién era aquel jefe. Me respondió: "Es Satanás, disfrazado de ángel de luz. Ha cautivado al mundo. Este ha sido entregado a formidables engaños para creer en una mentira a fin de que se condene. Su agente, el que le sigue en categoría, es el maquinista, y otros agentes suyos están empleados en diversos cargos, según los va necesitando, y todos marchan con relampagueante velocidad a la perdición." Le pregunté al ángel si no había quedado nadie sin subir en el tren, y él me mandó que mirase en dirección opuesta, donde vi una pequeña compañía que caminaba por un sendero angosto. Todos parecían firmemente unidos por la verdad. Aquella pequeña compañía daba muestras de fatiga, como si hubiese pasado por muchas pruebas y conflictos. Parecía como si el sol acabara de levantarse detrás de una nube y brillara sobre sus rostros, dándoles aire de triunfo, cual si estuvieran próximos a ganar la victoria. Vi que el Señor ha dado al mundo ocasión de descubrir el engaño. Si no hubiese otra prueba, bastaría para el cristiano la de que los espiritistas no hacen distinción entre lo precioso y lo vil. Satanás representa como muy exaltado en el cielo a Tomás Paine, cuyo cuerpo está ya convertido en polvo y ha de ser llamado a despertar al fin de los mil años, cuando la segunda resurrección, para recibir su recompensa y sufrir la segunda muerte. Satanás se sirvió de Tomás Paine en la tierra tanto como pudo, y ahora prosigue la misma 264 obra asegurando que está muy honrado y exaltado en el cielo. Y tal como enseño Paine aquí, finge Satanás que continúa enseñando allí. Y algunos que solían considerar con horror su vida en la tierra, su muerte y sus corruptoras enseñanzas, se someten ahora a ser enseñados por él, que fue uno de los hombres más viles y corruptos, alguien que despreció a Dios y su ley. El padre de la mentira ciega y engaña al mundo enviando a sus ángeles para que hablen como si fueran los apóstoles, y esos ángeles hacen que éstos contradigan lo que escribieron en la tierra por inspiración del Espíritu Santo. Los ángeles mentirosos hacen aparecer a los apóstoles corrompiendo sus propias enseñanzas y declarándolas adulteradas. De este modo se complace Satanás en sumir a los que se llaman cristianos, y a toda clase de gente, en incertidumbre respecto a la Palabra de Dios. .

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