Cuando Jesús cese de interceder por el hombre, los casos de todos estarán decididos para siempre [...]. Termina el tiempo de gracia; las intercesiones de Cristo cesan en el cielo. Este tiempo llega finalmente sobre todos en forma repentina, y aquellos que han descuidado la purificación de sus almas mediante la obediencia a la verdad, son encontrados dormidos.—Testimonies for the Church 2:191 (1868).
El fin del tiempo de gracia vendrá repentina e inesperadamente, cuando menos se lo espere; pero podemos hoy tener un registro limpio en el cielo, y saber que Dios nos acepta.—Comentario Bíblico Adventista 7:1000 (1906). Cuando quede concluida la obra del juicio investigador, quedará también decidida la suerte de todos para vida o para muerte. El tiempo de gracia terminará poco antes de que el Señor aparezca en las nubes del cielo [...]. Antes del diluvio, después que Noé hubo entrado en el arca, Dios le encerró en ella, dejando fuera a los impíos; pero por espacio de siete días el pueblo, no sabiendo que su suerte estaba decidida, continuó en su indiferente búsqueda de placeres y se mofó de las advertencias del juicio que le amenazaba. “Así—dice el Salvador—será también la venida del Hijo del Hombre”. Mateo 24:39. Inadvertida como ladrón a medianoche, llegará la hora decisiva que fija el destino de cada uno, cuando será retirado definitivamente el ofrecimiento de la gracia que se dirigiera a los culpables [...]. Mientras que el hombre de negocios está absorto en el afán de lucro, mientras el amigo de los placeres corre tras ellos, mientras la esclava de la moda está ataviándose, puede llegar el momento en que el Juez de toda la tierra pronuncie la sentencia: “Has sido pesado en la balanza y has sido hallado falto”. Daniel 5:27 (VM).—Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 545 (1911).
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