El papa Francisco, fiel a su rol, continúa asumiendo las responsabilidades del papado e impulsando la agenda del Vaticano, independientemente de las circunstancias. Recién dado de alta del hospital, llevaba tiempo sin ser visto en público, lo que ha generado preocupación y especulaciones.
Sin embargo, en su primera aparición pública desde que enfermó, el 6 de abril de 2025, fue trasladado en silla de ruedas durante una misa dominical en la Plaza de San Pedro y se dirigió tanto a los medios de comunicación como a los fieles. Este momento, aunque breve, fue profundamente simbólico y sirve como recordatorio de que el Papa siempre será el Papa. Incluso en su fragilidad, aprovecha cada oportunidad para reforzar las enseñanzas de la Iglesia, mantener su presencia en el mundo y encarnar la continuidad de la misión católica.
Cuando el Papa proclama "Buona Domenica a Tutti" ("Feliz domingo a todos") durante la misa, puede parecer un saludo sencillo, pero conlleva un profundo significado teológico y evangelizador. Según la teología católica romana, el domingo no es solo un día de descanso; se le llama Dies Domini, el Día del Señor. Al desear a todos un "Feliz domingo", el Papa recuerda al mundo la importancia central que el culto dominical debe tener en nuestras vidas. En el ámbito evangelístico, esta breve frase sirve como invitación, llamado pastoral y un llamado a reconocer la sacralidad del día y a participar en un culto y una reflexión pacífica y comunitaria.
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