
Esta foto, tomada desde la Basílica de San Pedro, muestra el ataúd del Papa y la multitud durante su funeral (CNN).
“Más de 250.000 dolientes” asistieron al funeral del Papa Francisco en el Vaticano, informó CNN. [1] El mundo observó cómo reyes, presidentes, primeros ministros, dignatarios y líderes religiosos de todo el mundo se reunieron para honrar al pontífice. La misa global televisada sirvió no solo como un memorial, sino también como un poderoso símbolo de la incomparable influencia espiritual y política del Vaticano. En un sorprendente cumplimiento de los temas proféticos del Apocalipsis, este momento reflejó al mundo “maravillándose tras la bestia”, un sistema que mezcla la autoridad religiosa con el poder político. La grandeza y la reverencia universal mostradas durante el funeral pueden verse como un adoctrinamiento global, reforzando la centralidad de la autoridad papal en los asuntos mundiales. Este acontecimiento es parte de un escenario profético más amplio en el que el poder papal, considerado durante mucho tiempo herido por las fuerzas del secularismo y la modernidad, continúa recuperando su influencia, ayudando a sanar la “herida mortal” y preparando el escenario para un enfrentamiento final sobre la libertad religiosa y civil en los últimos días.

Dignatarios asisten al funeral del papa en la Plaza de San Pedro. Entre los líderes mundiales en primera fila se encuentran el presidente estadounidense Donald Trump y el presidente francés Emmanuel Macron (CNN).
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