« En accidentes y calamidades por mar y tierra, en grandes incendios, en feroces tornados y terribles granizadas, en tempestades, inundaciones, ciclones, maremotos y terremotos, en todo lugar y de mil formas, Satanás ejerce su poder . Arrasa la cosecha madura, y sobre ella sobrevienen el hambre y la miseria. Impregna el aire con un veneno mortal, y miles perecen a causa de la peste. Estas calamidades se volverán cada vez más frecuentes y desastrosas.» (El Gran Conflicto, pág. 589).
Uno de los huracanes más fuertes jamás registrados tocó tierra, transformando un paraíso tropical en lo que solo puede describirse como las secuelas de una guerra. El lunes 27 de octubre de 2025, el huracán Melissa azotó Jamaica con vientos sostenidos máximos de 298 kilómetros por hora, causando una destrucción sin precedentes en toda la isla. En cuestión de horas, hermosas comunidades costeras quedaron reducidas a escombros, y exuberantes laderas desaparecieron bajo intensas lluvias, lodo y deslizamientos de tierra. Regiones enteras quedaron sin electricidad, comunicaciones, alimentos, agua ni acceso a servicios de emergencia. Esta tormenta ha pasado a la historia como uno de los desastres naturales más catastróficos de Jamaica.
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