¿Nos sacrificamos realmente?
Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan; y digan siempre los que aman tu salud: Jehová sea ensalzado. Salmos 40:16.
Muchos hablan de la vida del cristiano y dicen que nos quita los placeres y los gozos del mundo Y yo digo que no nos priva de ninguna cosa digna de ser preservada. ¿Experimenta el cristiano perplejidad, pobreza y dificultades? Oh, sí, se espera esto de esta vida. Pero el pecador, de quien hablamos como disfrutando de los placeres de este mundo, ¿está libre de los males de la vida? ¿No lo vemos a menudo en dificultad y perplejidad aún mayores?
Algunas veces los cristianos piensan que sus dificultades son la consecuencia de haberse adherido a una verdad impopular, y de profesar ser seguidores de Cristo; creen que eso es lo que hace más duro el camino y cuesta tantos sacrificios realizar, cuando en realidad no hacen ningún sacrificio. Si en verdad son adoptados en la familia de Dios, ¿qué sacrificio pueden hacer? Al seguir a Cristo habrán tenido que cortar alguna amistad con sus relaciones amadoras del mundo, pero contemplemos el cambio—sus nombres escritos en el libro de la vida del Cordero, elevados, sí, grandemente exaltados, para ser partícipes de la salvación, herederos de Dios y coherederos con Jesucristo en una herencia imperecedera. ... ¿Llamaremos a esto un sacrificio de nuestra parte, cambiar el error por la verdad, las tinieblas por la luz, el pecado por la justicia, un nombre perecedero y una herencia en esta tierra por los honores que son perdurables, y un tesoro incontaminado que no se marchita jamás?
Aun en esta vida, el cristiano tiene a Uno en quien confiar en momentos de necesidad. El lo ayudará a soportar toda su prueba. Sin embargo el pecador tiene que soportar solo, todas sus dificultades. Desciende a la tumba sufriendo remordimientos en las tinieblas, atado por Satanás, porque es su presa legal.
Si hay alguien que continuamente debe estar agradecido, es el seguidor de Cristo. Si hay alguien que disfruta de un verdadero gozo aun en esta vida, es el fiel cristiano. ... Si apreciamos o tenemos sentido del costo de nuestra salvación, todo lo que podamos llamar sacrificio desaparecerá en la insignificancia.—Carta 18, 1859. {NEV 203.5}
Jesús dijo: “Aún tengo muchas cosas que deciros, mas ahora no las podéis llevar”. Juan 16:12.
“Mas ahora no las podéis llevar”. ¡Cuánta ternura se manifiesta en estas palabras! Bien expresa tu principio de enseñanza. “Un poquito aquí, un poquito allí”, es el plan que tú sigues esperando hasta que nuestra débil comprensión pueda soportar las verdades que el amor revela ante nuestra vista. ¡El amor de Cristo! Señor, y nosotros al enseñar a otros, ¿no debiéramos esforzarnos para actuar como tú? Pacientes, no apresurados, con aquellos que aprenden pero que son lentos en tu escuela; quienes parecen necesitar línea sobre línea hasta que puedan discernir las profundas lecciones que nosotros leemos con tanta sencillez.—Carta 9, 1873, pp. 5.