El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, no ha dejado pasar la
oportunidad de elogiar la preocupación por los pobres y los
desfavorecidos del Papa Francisco durante
su discurso en el Desayuno Nacional de la Oración.
El mandatario que no ha ocultado su admiración por el nuevo pontífice desde que este tomara las riendas de la Iglesia católica hace poco menos de un año, también ha defendido la importancia de observar la libertad religiosa en el mundo y
ha exigido de manera expresa la liberación de los líderes religiosos
estadounidenses que están presos en Corea del Norte e Irán.
“Espero que todos prestemos atención y hagamos caso al mensaje de solidaridad hacia los más necesitados del papa Francisco”, ha señalado el presidente, quien ha reconocido que “está deseando” poder encontrarse con él. Ambos mandatarios
se reunirán el próximo 27 de marzo en el Vaticano. Obama ha encontrado en
el llamado a luchar por la pobreza y desigualdad del pontífice un aliado en su propio empeño por reducir la brecha de desigualdad en EE UU,
uno de los ejes de su agenda para este año. “Él nos inspira con sus
palabras y sus actos, su humildad, su piedad y su impulso misionero para
servir a la causa de la
justicia social”, ha señalado el presidente.
Francisco es el único líder religioso al que Obama se ha referido expresamente en su intervención durante un acto de gran tradición en la vida política estadounidense que se remonta a 1953. El presidente
ha reconocido en varias entrevistas televisivas su admiración por el nuevo papa y su mensaje. Varios de sus asesores han reconocido que el mandatario suele leer todas las informaciones relacionadas con
las intervenciones del pontífice hasta el punto que
él mismo pidió a sus colaboradores que incluyeran algunas de las palabras de Bergoglio en un
importante discurso sobre economía que ofreció el pasado mes de diciembre.
Obama ha destacado la tarea de los líderes religiosos, entre ellos el
propio papa, en la defensa de la libertad religiosa en el mundo, un
derecho que, ha advertido, “está amenazado en muchas regiones del
planeta”. El presidente estadounidense ha defendido
la importancia de que los Gobiernos respeten la autodeterminación religiosa de los ciudadanos.
“Ninguna sociedad puede prosperar realmente si no garantiza los
derechos de las personas, incluidos los de las minorías religiosas. Las
naciones que defienden las libertades de sus ciudadanos, entre ellas la
religiosa, son más justas, más pacíficas y más prósperas”, ha señalado
Obama.
Aunque su mensaje era genérico, el presidente lo ha hecho concreto para
los Gobiernos de Corea del Norte e Irán. Obama ha pedido expresamente a
las autoridades norcoreanas que liberen al misionero cristiano
estadounidense, Kenneth Bae, condenado a trabajos forzados y a instado a
Teherán a que pongan en libertad al pastor, también cristiano y también
estadounidense, Saeed Abedini, detenido en el país asiático desde 2012.
“Recemos por los presos de conciencia,
cualquiera que sea su fe,
cualquiera que sea el lugar en el que están recluidos. No conocemos sus
nombres, pero en todo el mundo hay personas que cada día se levantan en
frías celdas sólo por afirmar a su dios”, ha solicitado el presidente.
Obama ha recalcado su propia labor en pos de la defensa de la libertad religiosa
en sus encuentros con otros mandatarios extranjeros. “Cuando me reúno
con los líderes chinos [...] les hago hincapié en que el potencia de su
país reside en su respeto a los derechos humanos,
entre ellos el de los cristianos, el de los budistas del Tibet y el de los musulmanes uigures”, ha indicado el presidente que ha puesto el mismo ejemplo para el caso de Burma, Nigeria, Sudán y Sudán del Sur.
El mandatario también ha citado expresamente el caso de las
negociaciones entre palestinos e israelíes y ha dejado claro que una de
las condiciones para la paz es que
“se respete la libertad de culto y el acceso a los santos lugares a todas las religiones”. Obama también ha pedido respeto a las minorías religiosas en Pakistán, Irán, de nuevo, Egipto y Siria.