QUE CAMBIO TAN DRASTICO EN TAN POCO TIEMPO.
 LEE O ESCUCHA.
 Washington, D.C.
 Estimado Señor Pacelli: 
 Como bautista y como jefe ejecutivo de la más grande y poderosa nación 
del mundo, en la cual todos me llaman simplemente Señor Truman, no puedo
 dirigirme a Ud. como Su Santidad, titulo que solo pertenece a DIOS. 
 Nosotros, en los Estados Unidos de América, consideramos a todos los 
hombres iguales delante de Dios y nos dirigimos a ellos por sus 
verdaderos nombres. Por eso mismo es que me dirijo a Ud. simplemente 
como señor Pacelli. 
 El pueblo que me eligió su Jefe Ejecutivo es
 una nación democrática , amiga de la paz, por lo tanto mi deber es 
conseguir la cooperación de aquellos que realmente hayan dado pruebas de
 desear la Paz y de trabajar para conseguirla, no de los que gritan paz y
 fomentan la guerra. No creo que Ud. ni su iglesia estén entre los que 
verdaderamente desean la paz y trabajan por ella. 
 En primer 
lugar , nuestros antepasados fundadores de esta gran nación, conocedores
 por la historia de la naturaleza de vuestra iglesia amante de la 
política y de la guerra, sentaron como principio de nuestro gobierno no 
permitir vuestra intromisión en nuestros asuntos de gobierno. 
 
Aprendieron bien esa lección en la historia de Europa y , por eso, 
estamos convencidos de que nuestra democracia durará mientras no 
aceptemos vuestra intromisión, como lo hicieron los gobiernos de Europa a
 quienes enredasteis con vuestras doctrinas e intrigas políticas. Thomas
 Jefferson , uno de los mas sabios de nuestro país, dijo esto mismo 
cuando lo declaró : " La historia no nos muestra ningún ejemplo de 
pueblo alguno manejado por el clero que haya tenido un gobierno civil y 
libre ". 
 Por eso es usted la última persona en el mundo que pueda enseñarme la forma de dirigir a mi pueblo por el camino de la paz. 
 Para refrescar su memoria le recordaré algunos hechos de su predecesor 
en el Vaticano el Papa Pío XI, el iniciador de toda agresión fascista en
 los tratados de Letran, celebrados con Mussolini en 1929. Este fue el 
principio de la traición a la civilización cristiana. Fue este el 
comienzo de los horrores que sufrieron Europa y el mundo, cuyas 
consecuencias estamos sufriendo todavía.
 Un notable escritor e 
historiador de mis país, Lewis Munford (que no es comunista , ni odia a 
los católicos), escribió lo siguiente en su libro " Faith For Living", 
que publicó en 1940: "La traición al mundo cristiano se efectuó 
claramente en 1929 con el concordato celebrado con Mussolini y el Papa".
 Dice algo más: "Desafortunadamente los propósitos del fascismo están en
 gran conflicto con los de una república libre, como es la de los 
Estados Unidos de América.
 En este tratado la Iglesia Católica......fue su aliada, una potente aliada, de las fuerzas de la destrucción". 
 En esa época muy pocos de los que vivimos en los Estados Unidos 
conocíamos la verdadera naturaleza del fascismo, como ud. y el Papa XI 
lo conocían, pues fueron los que fomentaron la guerra y aliaron su 
iglesia a él ( el fascismo). 
 Usted mismo fue especialmente 
preparado, como joven sacerdote y como diplomático de la Iglesia, para 
el propósito especifico de ayudar a Alemania a prepararse para la Guerra
 Mundial. 
 Usted y el Káiser urdieron en Suiza las intrigas contra 
los aliados durante la primera guerra mundial. Usted estuvo doce años en
 Alemania en donde tomó parte de la ascensión de Hitler al poder, 
habiendo celebrado acuerdos con él y con el execrado Von Papen, un 
segundo Papa, que ayudo a Hitler a tomar el poder y puso firma con la 
del Cardenal Eugenio Pacelli y la de Hitler en el Concordato con el 
Vaticano, firmado en 1933. 
 Nadie creerá jamás que usted ignorase el
 complot de Hitler y sus nazis estaban preparado contra nosotros. El 
propio biógrafo católico dice que ud. , durante esos años era " el 
hombre informado del Reich". 
 Después de la firma del Concordato por
 ud. y por Von Papen y de hacer aspersiones con agua bendita a Hitler 
dándole la " impresión" de que resucitaba, Von Papen, que logró escapar 
de Nuremberg, se jactaba en la siguiente forma: "el tercer Reich es el 
primer poder que no solamente reconoce sino que pone en práctica los 
altos principios del papado". 
 Vuestros cardenales y obispos 
bendijeron en Roma las armas de guerra de los soldados enviados contra 
indefensos etíopes. Vuestro cardenal Schuester, de Milán, proclamó el 
robo de Etiopia como una cruzada santa " para llevar en triunfo a 
Etiopia la Cruz de Cristo" . Mientras tanto sigue Ud. llamando a su 
iglesia "la iglesia de Dios" y pretende que yo, como jefe de un estado 
civil, le admita a Ud. como superior a mi y al pueblo de los Estados 
Unidos de América. Ud. habla con palabras melosas sobre justicia y al 
mismo tiempo hace sonar los tambores para otra guerra , tal vez más 
terrible que las dos ultimas, contra Rusia que nos ayudo a derrotar a 
Hitler y Mussolini. 
 Usted está incitando a los Estados Unidos para 
que cuando antes declare la guerra a Rusia, usando los mismos métodos 
empleados por Hitler para lograr la solidez de sus detestables y 
diabólicos regímenes. 
 Usted quiere que desperdiciemos nuestro 
dinero y que enviemos a nuestros jóvenes a una muerte horrible, que 
sobre los cadáveres de Hitler y de Mussolini terminemos la lucha que 
aquellos empezaron con ayuda suya y a quienes nosotros derrotamos. Si, 
Estados Unidos de América desean la Paz, pues de todas las naciones 
solamente nosotros quedamos con alguna prosperidad y decencia. 
 
Somos el baluarte de las libertades democráticas protestantes. Si 
nosotros, o la Inglaterra protestante, nos debilitásemos vuestra CULTURA
 CATÓLICA tendría una oportunidad para gobernar otra vez el mundo 
haciéndolo retroceder a la Edad Media. Si perdiésemos o nos 
debilitásemos con la guerra que Ud. está provocando contra Rusia, 
fácilmente procuraría el Vaticano una alianza con ella. Su predecesor el
 Papa Pío XI , declaró públicamente que el haría pacto CON EL DIABLO 
MISMO , si conviniese a los intereses de la Iglesia. Por lo tanto, señor
 Pacelli, es mi deber como Jefe de este país predominantemente 
protestante, rechazar sus propuestas a guisa de alianza, de pacto de paz
 . " Los que comen en el plato en que el Diablo está comiendo, deben 
usar una cuchara muy larga". 
 Continuaré mi labor para lograr y 
mantener la paz como buen bautista, conservando los honrados principios 
protestantes que hicieron poderosa nuestra nación y trabajando por 
ellos. 
 Sinceramente suyo, 
 HARRY S. TRUMAN
 PRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA