Gén. 6: 1-8.
"Había gigantes en la tierra en aquellos días." (Gén. 6: 4).
Los primeros habitantes de la tierra recibieron sus instrucciones del Dios infinito que había creado el mundo. Los que recibieron su conocimiento directamente de la sabiduría infinita no eran faltos de conocimiento.
Hay en la actualidad muchas invenciones y adelantos, y máquinas para ahorrar trabajo que los antiguos no tenían. No las necesitaban. . .
Antes del diluvio, los hombres vivían varios centenares de años, y la persona de cien años era considerada joven. Esos hombres que vivían tanto tenían mentes sanas en cuerpos sanos. . . Llegaban al campo de acción entre los sesenta y los cien años, la edad aproximada en que aquellos que viven más en la actualidad ya han representado su parte en el breve lapso de su vida, y han salido del escenario ( SDA Bible Commentary , tomo 1, págs. 1089, 1090).
Había muchos gigantes, hombres de gran estatura y fuerza, renombrados por su sabiduría, hábiles para proyectar las más sutiles y maravillosas obras; pero la culpa en que incurrieron al dar rienda suelta a la iniquidad fue proporcional a su pericia y habilidad mentales.
Dios otorgó ricos y variados dones a estos antediluvianos; pero los usaron para glorificarse a sí mismos, y los trocaron en maldición poniendo sus afectos en ellos más bien que en Aquel que se los había dado. Emplearon el oro y la plata, las piedras preciosas y las maderas selectas, en la construcción de mansiones para sí y trataron de superarse unos a otros en el embellecimiento de sus moradas con las más hábiles obras del ingenio humano. Sólo procuraban satisfacer los deseos de sus orgullosos corazones, y se aturdían en escenas de placer y perversidad ( Patriarcas y Profetas , págs. 78, 79).
Se corrompieron en su imaginación porque dejaron a Dios fuera de sus planes y consejos. Eran sabios para hacer lo que Dios nunca les había dicho que hicieran, sabios para hacer el mal. . . Usaron el tiempo de gracia, otorgado tan misericordiosamente, en ridiculizar a Noé. Lo caricaturizaron y lo criticaron. Se rieron de él a causa de su singular fervor y el intenso sentimiento en lo que se refería a los juicios de Dios, acerca de los cuales predicaba que se cumplirían con seguridad. Ellos hablaban de la ciencia y de las leyes que regían la naturaleza y se burlaban de las palabras de Noé, llamándolo loco fanático ( SDA Bible Commentary , pág. 1090