"Pelearán contra el Cordero, y el
Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los
que están con él son llamados y elegidos y fieles. " (Apoc. 17:14).
Necesitamos estudiar el derramamiento de la séptima copa. Los poderes
del mal no abandonarán el conflicto sin lucha. Pero la Providencia tiene
una parte que realizar en la batalla del Armagedón. Cuando la tierra
sea iluminada con la gloria del ángel de Apocalipsis 18, los elemen
tos
religiosos, buenos y malos, despertarán de su somnolencia los ejércitos
del Dios viviente tomarán el campo. (Nota: BC7 , 983.*)
Cuatro ángeles poderosos retienen los poderes de esta tierra en tanto
que los siervos de Dios son sellados en sus frentes. Las naciones del
mundo están ansiosas de entrar en conflicto; pero están siendo
refrenadas por los ángeles. Cuando se quite este poder restrictivo,
vendrán tiempos de dificultad y angustia. Se inventarán mortíferos
instrumentos de guerra. Barcos, con su carga viviente, serán sepultados
en las grandes profundidades. Todos los que no tengan el espíritu de
verdad se unirán bajo la dirección de las agencias satánicas. Pero serán
retenidas bajo control hasta el momento cuando se produzca la gran
batalla del Armagedón. (Nota: BC7, 967.*)
Toda forma de mal
asumirá súbitamente una intensa actividad. Los malos ángeles unen sus
fuerzas con los hombres malos, y como han estado en conflicto constante y
han adquirido experiencia en relación con las mejores maneras de
engañar y batallar, y se han ido fortaleciendo por siglos, no cederán en
el gran encuentro final sin una lucha desesperada. Cada cual deberá
estar de uno o de otro lado de la contienda. La batalla del Armagedón se
librará, y aquel día no debe encontrar a ninguno de nosotros durmiendo.
Debemos estar bien despiertos, teniendo, como las vírgenes prudentes,
aceite en nuestras vasijas junto con nuestras lámparas. . .
Debe
reposar sobre nosotros el poder del Espíritu Santo, y el Capitán de las
huestes del Señor estará a la cabeza de los ángeles del cielo para
dirigir la batalla. Solemnes eventos están a punto de ocurrir ante
nosotros. Las trompetas suenan una tras otra, se derrama una copa tras
otra sobre los habitantes de la tierra.256 (Nota: BC7, 982