CAPITULO 1. EL AMOR DE DIOS POR EL REMANENTE
Carta 30, 29 de enero de 1895_ EÍ "Carta 30, 29 de enero de 1895"
Cristo amó a la raza humana, y su amor lo movió a sacrificar su propia felicidad por el bien de otros.
Él tomó sobre sí mismo la naturaleza humana para combinar el poder divino con la debilidad humana. Aunque le costó un gran sacrificio, estuvo dispuesto a humillarse para ennoblecer a la raza humana y para que todos los que crean en él sean partícipes de su gloria, honor y bendiciones.
La manifestación de su amor será uno de los grandes secretos que revelará la eternidad.
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