viernes, 14 de diciembre de 2012

Cada día con Dios.Elena G. de White

LA GRANDEZA DE LA HUMILDAD


"Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará. " Luc. 9: 24.

Cristo dio a sus discípulos una lección sumamente importante con respecto a cómo debían ser. "En el reino que estableceré -les dijo-, la lucha por la supremacía no tendrá cabida alguna. Todos ustedes son hermanos. Todos mis siervos serán iguales. La única grandeza que se reconocerá será la de la humildad y la devoción en el servicio de los demás. El que se humille será ensalzado, y el que se ensalce será humillado. El que trate de servir a los demás mediante la abnegación y el sacrificio, recibirá los atributos de carácter que lo recomendarán ante mi Padre, y desarrollará sabiduría, verdadera paciencia, tolerancia, bondad y compasión. Esto le dará el primer lugar en el reino de Dios".

El Hijo de Dios se humilló para convertirse en el siervo del Señor. Se sometió a la bajeza y al sacrificio, incluso a la muerte, para dar libertad y vida, y un lugar en su reino a los que creyeran en él. Dio su vida en rescate por muchos. Esto debiera bastar para que se avergonzaran de su conducta todos los que continuamente están tratando de ocupar el primer lugar y luchan siempre por la supremacía.

"Si alguno quiere venir en pos de mí "-dijo Cristo-", niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame" (Luc. 9: 23). Esta es la prueba del discipulado. Si los miembros de la iglesia fueran hacedores de la Palabra, como solemnemente se comprometieron hacerlo en ocasión de su bautismo, amarían a sus hermanos y estarían tratando continuamente de fomentar la unidad y la armonía. . .

Los que creen en Cristo y caminan humildemente con él sin luchar por la supremacía, y tratan de ver qué pueden hacer para ayudar, bendecir y fortalecer las almas de los demás, colaboran con los ángeles que sirven a los herederos de la salvación. Jesús les da gracia, sabiduría y justicia, y los convierte en bendición para todos aquellos con quienes se relacionan. Mientras más humildes son en su propia opinión, más bendiciones reciben de Dios, porque éstas no los exaltan. Usan correctamente sus bendiciones, porque las reciben para impartirlas.

Los ángeles servidores reciben instrucción procedente del trono de Dios para colaborar con los instrumentos humanos. Reciben la gracia de Cristo para impartirla a los hombres ( Manuscrito 165 , del 13 de diciembre de 1898, "La humildad: Prueba de discipulado").

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