¿Raíces podridas?
Así, que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es vano. 1 Corintios 15:58.
Para estar firmemente anclados, debe haber alguna cosa resistente que nos sostenga; y ninguna cosa servirá hasta tanto Cristo no tome posesión de nuestra alma. ... Muchos que ahora aparecen como fuertes, y hablan en vindicación de la verdad, no están arraigados ni fundados. Tienen raíces podridas; y cuando vienen las tormentas de la oposición y la persecución, son como árboles desarraigados por la ventisca.—The Review and Herald, 29 de abril de 1884.
Seremos atacados en todo punto; seremos probados hasta el máximo. No queremos aferrarnos a nuestra fe simplemente porque nos fué entregada por nuestros padres. Esta clase de fe no soportará la terrible prueba que nos espera. Necesitamos conocer por qué somos adventistas, qué razón tenemos para salir del mundo como un pueblo separado y diferente. ...
Cuando los hombres quieran considerar con inteligencia la causa de Dios porque han invertido fe y medios en ella, Dios los ayudará a comprender, y estarán firmes en la fe, pero cuando tienen meramente una teoría, una fe superficial que no pueden explicar, una tentación repentina los hará alejarse con la corriente que conduce hacia el mundo.
Nuestras mentes deben estar preparadas para soportar toda prueba, y para resistir cada tentación, venga ésta de afuera o de adentro. Debemos saber por qué creemos como lo hacemos, y por qué estamos del lado del Señor. La verdad debe mantenerse despierta en nuestros corazones, lista para hacer sonar la alarma, y llamarnos a la acción contra todo enemigo. Los poderes de las tinieblas apuntarán sus baterías contra nosotros; y todo el que sea indiferente y descuidado, que haya puesto sus afectos en su tesoro terrenal, y que no se haya preocupado por comprender el trato de Dios con su pueblo, pronto llegará a ser una víctima. Ningún poder fuera del conocimiento de la verdad como es en Jesús, podrá mantenernos firmes; pero teniendo esto, uno hará huir a mil, y dos pondrán en fuga a diez mil.—Ibid.
Así, que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es vano. 1 Corintios 15:58.
Para estar firmemente anclados, debe haber alguna cosa resistente que nos sostenga; y ninguna cosa servirá hasta tanto Cristo no tome posesión de nuestra alma. ... Muchos que ahora aparecen como fuertes, y hablan en vindicación de la verdad, no están arraigados ni fundados. Tienen raíces podridas; y cuando vienen las tormentas de la oposición y la persecución, son como árboles desarraigados por la ventisca.—The Review and Herald, 29 de abril de 1884.
Seremos atacados en todo punto; seremos probados hasta el máximo. No queremos aferrarnos a nuestra fe simplemente porque nos fué entregada por nuestros padres. Esta clase de fe no soportará la terrible prueba que nos espera. Necesitamos conocer por qué somos adventistas, qué razón tenemos para salir del mundo como un pueblo separado y diferente. ...
Cuando los hombres quieran considerar con inteligencia la causa de Dios porque han invertido fe y medios en ella, Dios los ayudará a comprender, y estarán firmes en la fe, pero cuando tienen meramente una teoría, una fe superficial que no pueden explicar, una tentación repentina los hará alejarse con la corriente que conduce hacia el mundo.
Nuestras mentes deben estar preparadas para soportar toda prueba, y para resistir cada tentación, venga ésta de afuera o de adentro. Debemos saber por qué creemos como lo hacemos, y por qué estamos del lado del Señor. La verdad debe mantenerse despierta en nuestros corazones, lista para hacer sonar la alarma, y llamarnos a la acción contra todo enemigo. Los poderes de las tinieblas apuntarán sus baterías contra nosotros; y todo el que sea indiferente y descuidado, que haya puesto sus afectos en su tesoro terrenal, y que no se haya preocupado por comprender el trato de Dios con su pueblo, pronto llegará a ser una víctima. Ningún poder fuera del conocimiento de la verdad como es en Jesús, podrá mantenernos firmes; pero teniendo esto, uno hará huir a mil, y dos pondrán en fuga a diez mil.—Ibid.
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