Para intensificar sus esfuerzos de persecución, el PCCh comenzó a etiquetar las iglesias domésticas regulares como xie jiao , el término anteriormente reservado para grupos identificados como “enseñanzas heterodoxas” prohibidas.
Una iglesia adventista del séptimo día en la ciudad de Neijiang, en la provincia suroccidental de Sichuan, fue allanada el 19 de octubre. Más de 200 personas, incluidos funcionarios del gobierno y policías, acudieron a la iglesia, alegando que era un xie jiao . Los oficiales tomaron fotos de cada creyente presente, ordenaron cortar el suministro de electricidad al edificio y tomaron algunos objetos de valor de la iglesia.
Cuatro policías arrastraron a dos compañeros de trabajo de la iglesia fuera del edificio residencial donde se encuentra el lugar de la reunión, los empujaron al suelo y los golpearon. Los dos creyentes, junto con el pastor y el predicador de la iglesia, fueron escoltados a una casa de detención para ser interrogados. Fueron liberados más tarde el mismo día.
Una semana después, la iglesia fue allanada nuevamente. Esta vez, más de 100 funcionarios y policías bloquearon la entrada al lugar, prohibiendo la entrada a cualquiera. Los funcionarios confiscaron las mesas, sillas, equipos de audio y otros bienes de la iglesia, arrojando Biblias a un basurero afuera. Los funcionarios también ordenaron soldar la entrada al lugar e instalar una cámara de vigilancia encima.
Según un miembro de la congregación, varios feligreses recibieron llamadas de funcionarios que amenazaron con retener los salarios de sus hijos y nietos o impedir su futuro si los creyentes no renunciaban a sus creencias.
Leer: https://leydominical.wordpress.com/2019/12/30/allanan-la-iglesia-adventista-del-septimo-dia/
Una iglesia adventista del séptimo día en la ciudad de Neijiang, en la provincia suroccidental de Sichuan, fue allanada el 19 de octubre. Más de 200 personas, incluidos funcionarios del gobierno y policías, acudieron a la iglesia, alegando que era un xie jiao . Los oficiales tomaron fotos de cada creyente presente, ordenaron cortar el suministro de electricidad al edificio y tomaron algunos objetos de valor de la iglesia.
Cuatro policías arrastraron a dos compañeros de trabajo de la iglesia fuera del edificio residencial donde se encuentra el lugar de la reunión, los empujaron al suelo y los golpearon. Los dos creyentes, junto con el pastor y el predicador de la iglesia, fueron escoltados a una casa de detención para ser interrogados. Fueron liberados más tarde el mismo día.
Una semana después, la iglesia fue allanada nuevamente. Esta vez, más de 100 funcionarios y policías bloquearon la entrada al lugar, prohibiendo la entrada a cualquiera. Los funcionarios confiscaron las mesas, sillas, equipos de audio y otros bienes de la iglesia, arrojando Biblias a un basurero afuera. Los funcionarios también ordenaron soldar la entrada al lugar e instalar una cámara de vigilancia encima.
Según un miembro de la congregación, varios feligreses recibieron llamadas de funcionarios que amenazaron con retener los salarios de sus hijos y nietos o impedir su futuro si los creyentes no renunciaban a sus creencias.
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