jueves, 7 de mayo de 2020

LA BATALLA DEL ARMAGEDÓN


"Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fieles. " (Apoc. 17:14).
Necesitamos estudiar el derramamiento de la séptima copa. Los poderes del mal no abandonarán el conflicto sin lucha. Pero la Providencia tiene una parte que realizar en la batalla del Armagedón. Cuando la tierra sea iluminada con la gloria del ángel de Apocalipsis 18, los elementos religiosos, buenos y malos, despertarán de su somnolencia los ejércitos del Dios viviente tomarán el campo. (Nota: BC7 , 983.*)
Cuatro ángeles poderosos retienen los poderes de esta tierra en tanto que los siervos de Dios son sellados en sus frentes. Las naciones del mundo están ansiosas de entrar en conflicto; pero están siendo refrenadas por los ángeles. Cuando se quite este poder restrictivo, vendrán tiempos de dificultad y angustia. Se inventarán mortíferos instrumentos de guerra. Barcos, con su carga viviente, serán sepultados en las grandes profundidades. Todos los que no tengan el espíritu de verdad se unirán bajo la dirección de las agencias satánicas. Pero serán retenidas bajo control hasta el momento cuando se produzca la gran batalla del Armagedón. (Nota: BC7, 967.*)
Toda forma de mal asumirá súbitamente una intensa actividad. Los malos ángeles unen sus fuerzas con los hombres malos, y como han estado en conflicto constante y han adquirido experiencia en relación con las mejores maneras de engañar y batallar, y se han ido fortaleciendo por siglos, no cederán en el gran encuentro final sin una lucha desesperada. Cada cual deberá estar de uno o de otro lado de la contienda. La batalla del Armagedón se librará, y aquel día no debe encontrar a ninguno de nosotros durmiendo. Debemos estar bien despiertos, teniendo, como las vírgenes prudentes, aceite en nuestras vasijas junto con nuestras lámparas. . .
Debe reposar sobre nosotros el poder del Espíritu Santo, y el Capitán de las huestes del Señor estará a la cabeza de los ángeles del cielo para dirigir la batalla. Solemnes eventos están a punto de ocurrir ante nosotros. Las trompetas suenan una tras otra, se derrama una copa tras otra sobre los habitantes de la tierra.256 (Nota: BC7, 982

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