La única conducta segura, Ellen G. White
Velad y orad, para que no entréis en tentación. Mateo 26:41.
¿Qué diré para despertar al pueblo remanente de Dios?... Insto a todos los que profesan el nombre de Cristo a que se examinen, y hagan una plena y cabal confesión de todos sus yerros, para que vayan delante de ellos al juicio, y el ángel registrador escriba el perdón frente a sus nombres. Hermanos míos, si no aprovecháis estos preciosos momentos de misericordia, quedaréis sin excusa. Si no hacéis un esfuerzo especial para despertaros, si no manifestáis celo para arrepentiros, estos momentos áureos pasarán pronto, y seréis pesados en la balanza y hallados faltos. Entonces, vuestros gritos de agonía no os servirán de nada.—Joyas de los Testimonios 1:91.
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