miércoles, 1 de febrero de 2023

Por que murió Cristo | Pr Alejandro Bullón 2023


 Por que murió Cristo | Pr Alejandro Bullón 

Jesús murió porque necesitábamos un Salvador y Sustituto. Amigo, a través de un hombre la muerte entró en el mundo como consecuencia del pecado (Romanos 5:12). Teniendo en cuenta que el pecado es la transgresión de la santa Ley de Dios (1 Juan 3:4), y que todas las personas pecaron (Romanos 3:23). Dios reveló un amor inigualable, inconmensurable e inexplicable. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16). Como la ley transgredida era divina, solo alguien igual a Dios podría salvarnos. Esa persona era el Hijo divino Jesucristo. Solo en él hay salvación (Hechos 4:12). Amigo, ¿entiende ahora por qué Jesús tenía que morir? Él tomó nuestro lugar, experimentando la separación del Padre (Mateo 27:46), y el horror de nuestra condenación (Isaías 53:5). Pero, ¿quién causó la muerte de Jesús? Tres voluntades causaron la muerte de Jesús. Primero, la voluntad personal del Hijo de Dios. “Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.” (Juan 10:17, 18). Jesús no fue forzado a morir por nuestros pecados. Fue una decisión voluntaria motivada por el amor. Así, lo siguiente por la voluntad de Dios, Jesús bebió el cáliz amargo al llevar sobre sí nuestros pecados, y sufrió la pena que nos correspondía (Mateo 26:42). Sin embargo, Jesús también padeció por causa de la voluntad de hombres perversos que lo condenaron “Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel” (Hechos 4:27). Pero la muerte de Jesús no fue en primer lugar causada por la voluntad perversa de ellos, pues ellos hicieron “[…] para hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera” (Hechos 4:28). Note que Dios predeterminó acontecimientos, no personas.

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