viernes, 19 de julio de 2024

Cuidado con la religión sensacional


En este tiempo, necesitamos en la causa de Dios hombres espirituales, hombres firmes en los buenos principios, que tengan una clara comprensión de la verdad.

Se me ha indicado que lo que la gente necesita no son teorías nuevas y fantásticas ni suposiciones humanas. Necesita el testimonio de hombres que conocen y practican la verdad, de hombres que comprenden la misión confiada a Timoteo en estas palabras: “Que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina; antes, teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído, y se volverán a las fábulas. Pero tú vela en todo, soporta las aflicciones, haz la obra de evangelista, cumple tu ministerio.” 2 Timoteo 4:2-5. Andad con firmeza y decisión, calzados los pies con el apresto del Evangelio de paz. Podéis estar seguros de que la religión pura y sin mácula no es una religión de sensaciones. A nadie ha confiado Dios la tarea de hacer nacer el apetito por las doctrinas especulativas. Hermanos míos, apartad esas cosas de vuestras enseñanzas; no permitáis que se introduzcan en vuestra vida religiosa; no dejéis que malogren la obra de vuestra vida.

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