Me he preguntado, al ver a la gente en nuestras ciudades corriendo de un lado a otro con sus negocios, si alguna vez han pensado en el día de Dios que está por sobrevenir. Cada uno de nosotros debiera estar viviendo con referencia al gran día que pronto nos sobrecogerá.—Sermons and Talks 1:25 (1886).
No podemos permitirnos vivir sin tomar en cuenta el día del juicio; pues aunque se posponga mucho, ahora está cerca, a las puertas, y se apresura grandemente. La trompeta del Arcángel pronto sorprenderá a los vivos y despertará a los muertos.—Conducción del Niño, 530-531 (1892).
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