En un video reciente, se ve a un residente enojado regañando a los trabajadores de mantenimiento de jardines por hacer su trabajo en domingo. Lo que podría parecer una disputa vecinal es, de hecho, una muestra de cómo los ciudadanos no solo se sienten incómodos con la actividad en domingo, sino que están furiosos y dispuestos a confrontar a los trabajadores y exigirles que cumplan con esta expectativa.
Esta creciente opinión sobre trabajar los domingos no es un hecho aislado. Pronto, durante la crisis que se avecina, en muchas comunidades, residentes y vecinos se quejarán a las autoridades por el ruido de las cortadoras de césped, sopladoras y obras de construcción los domingos. Para algunos, el motivo es dar un respiro a los trabajadores. Pero el objetivo subyacente sigue siendo el mismo: que el domingo sea diferente de los otros seis días de la semana.
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